Europa necesita un mercado único de servicios
El proyecto de directiva de la UE sobre servicios, promulgado cuando Frits Bolkestein era comisario de Mercado Interior, está siendo atacado desde todos los flancos (...). Resulta difícil entender tal excitación (...).
¿Qué contiene en realidad ese proyecto monstruoso? Nada radicalmente nuevo. Establece tres caminos para ofrecer servicios de un país a otro: una empresa puede enviar un empleado al extranjero; un particular puede establecer su negocio en otro país, y alguien puede ofrecer un servicio transfronterizo desde su propio país de origen. El marco legal para la primera opción ya está clarificado por otra directiva sobre trabajadores desplazados. La jurisprudencia sobre libertad de establecimiento se aplica a la segunda. Sólo en el tercer caso el marco legal no está del todo claro. Pero el Tribunal europeo, asumiendo que debe haber un mercado único en servicios, ya ha ido derribando barreras nacionales en ese sector.
La principal contribución de la directiva es que codifica la jurisprudencia existente al establecer explícitamente el principio de país de origen -según el cual las normas del país de origen se aplican a los proveedores de servicios transfronterizos- y enumera las medidas discriminatorias o restrictivas que quedan prohibidas.
Daniel Gros, del Centre for European Policy Studies, en Financial Times, Londres