Opa del BBVA por el italiano BNL
Ofensiva del BBVA para ganar peso en Europa. El viernes, tras celebrar un consejo el día antes, el segundo banco español comunicó al Banco de Italia que se plantea lanzar una oferta pública de adquisición (opa) por el 85,28% que aún no controla en Banca Nazionale del Lavoro (BNL), sexto del país.
Ofensiva del BBVA para ganar peso en Europa. El viernes, tras celebrar un consejo el día antes, el segundo banco español comunicó al Banco de Italia que se plantea lanzar una oferta pública de adquisición (opa) por el 85,28% que aún no controla en Banca Nazionale del Lavoro (BNL), sexto del país.
Será la semana del 28 de marzo al 1 de abril cuando el grupo español lo decida en consejo, una vez obtenidas las preceptivas autorizaciones administrativas, según el comunicado que envió a la CNMV a requerimiento de esta institución. Si bien, la oferta está ya lista. El BBVA ofrece una prima del 7,3% (2,52 euros por acción) que, si se tiene en cuenta la cotización media de los últimos 30 días, sube al 17,4%. Según el último valor en Bolsa, la compra le costaría al segundo banco español 6.500 millones de euros.
La operación se hará mediante un canje de acciones, una del banco español por cada cinco del BNL. Y se financiará mediante una ampliación de capital del 13% del total, lo que supone emitir 510 millones de acciones nuevas que suponen 6.426 millones de acuerdo con la última cotización.
Ahora se abren dos frentes: el Banco de Italia y el 'contrapacto'
Con esta compra, largamente gestada, el grupo español se convertiría en el séptimo banco de Europa y en el tercero de la zona euro, por detrás del Santander y del holandés ING.
La opa es 'absolutamente amigable' para el resto de los accionistas, y crea valor desde el principio, explican en el banco. La compra supone un paso más en la estrategia de crecimiento sostenido del grupo.
Suavizar el actual veto 'de facto'
Ahora se abren varios frentes. Por un lado, está la férrea posición que siempre ha mantenido el Banco de Italia en contra de las adquisiciones de entidades del país por grupos foráneos. Sin embargo, al hacer un movimiento público en el mercado mediante una opa el BBVA de algún modo pone al organismo que dirige Antonio Fazio en el compromiso de tener que pronunciarse oficialmente. Los expertos consultados creen que así el supervisor bancario tiene mucha menor maniobra para rechazar la operación, máxime cuando está siendo estrechamente vigilado por la Comisión Europea, que ya le ha pedido explicaciones sobre el veto de facto que existe en el mercado italiano.
Para preparar un escenario de entendimiento, Francisco González se reunió el viernes 11 de marzo con Fazio. Este encuentro, al que ha seguido el anuncio de posible opa, hace presagiar un gesto de aquiescencia del supervisor, según fuentes del mercado.
En las últimas semanas también ha ayudado en la presión sobre Fazio la amenaza de opa del holandés ABN Amro por otro banco italiano, Antonveneta, lo que ha servido al BBVA para allanar aún más el camino.
El otro frente se presenta en el bloque opuesto de accionistas. El grupo español ya tiene una posición de dominio en el capital ya que controla el 28,4% (el 14,72% del BBVA gracias a la alianza con el empresdario Diego della Valle y la potente aseguradora Generali). En el consejo, tiene cuatro de los trece puestos y tiene una posición preferente en la ejecutiva. Frente a este bloque, está el liderado por el empresario de la construcción Francesco Caltagirone (que quiso quedarse con la española Metrovacesa), que controla el 24,5% y que desde antes de la ampliación de capital que ha acometido BNL ha desatado una verdadera batalla por ganar poder en el banco.
El BBVA, por su parte, quiere evitar que el bloque tenga la percepción de que la opa es hostil. Entra dentro de la lógica pensar que el llamado contrapacto puede lanzar una contraopa pero partiría de una posición mucho más débil y, al final, el BBVA podría seguir como segundo accionista de peso. Sin embargo, estos accionistas pueden encontrar atractivo el precio que ofrece el banco español y optar por salir de BNL con plusvalías. Ante este escenario, las probabilidades de que el bloque contrario no se oponga a la opa tienen peso, según estiman fuentes del mercado.
Cuando el mercado tenga que valorar la opa el lunes lo previsible es que tenga una reacción a la baja, usual en este tipo de operaciones. Sin embargo, los analistas consultados señalan que la prima del 7,3% que el banco ofrece al resto de accionistas 'entra dentro de lo razonable' y no puede considerarse que el banco está pagando demasiado caro, según los analistas consultados.
ârdago a Italia
Si bien, la oferta es, a priori, bien vista por los expertos, que creen que el mercado valorará con alzas a medio plazo. 'Es un órdago a Italia; ante una situación complicada con trabas constantes a que aumentase su participación por encima del 15%, el banco ha decidido ir a por todas', señala un analista experto en banca europea.
La compra será más fácil de digerir que la del británico Abbey National por el Santander, a juicio de los expertos, que estiman que el BBVA puede poner en beneficio operativo (break even) a BNL en torno a 2007 y lograr un ahorro de costes de al menos el 20%.
La reestructuración sería amplia, como en el caso de Abbey, porque la banca italiana es menos eficiente que la española.
En tamaño, el BBVA quiere comprar un banco que vale la mitad del Banco Popular, tercero en el ranking español, y la mitad de lo que le costó Abbey al Santander. Pero, a cambio, ganará una posición de peso en el mercado italiano que está llamado desde hace tiempo a ser el escenario de juego de la ola de fusiones transfronterizas que inauguró el grupo presidido por Emilio Botín.
Otra de las aportaciones importantes es en negocio, con más de 50.000 millones de euros en créditos y depósitos captados al cliente. Con la compra, el BBVA entra en un mercado de similar operativa que el español, aunque con más recorrido porque hay un menor índice de menor penetración bancaria.
Tras la adquisición del Abbey National por su rival el mercado esperaba un movimiento del banco que preside Francisco González, aunque oficialmente el grupo siempre ha tratado de templar las expectativas con un 'no nos sentimos presionados; seguiremos creciendo a nuestro ritmo', en palabras de los dos primeros ejecutivos.
Reducir la brecha en tamaño
El movimiento del BBVA no le permite superar al Santander en tamaño, pero sí reducir de manera muy significativa la brecha que había producido entre ambos la compra del británico Abbey. Si la ejecuta, volverá a mirar de tú a tú a su principal rival, ahora en el ámbito europeo, tras el latinoamericano.Como le ocurrió al Santander con Abbey, con la compra de Banca Nazionale del Lavoro (BNL) podrá diversificar el riesgo repartido geográficamente. Hasta ahora más del 40% del negocio procede de Latinoamérica, una zona siempre de mayor volatilidad, lo que en ciertos momentos ha podido penalizar el valor, aunque no tanto como en el caso del Santander.Pero, además, si logra materializar la adquisición, el BBVA abrirá una vía de entrada al resto de competidores interesados en crecer en el mercado italiano.Al margen, el desembarco en el negocio italiano le será menos complicado que en otro mercado europeo, dadas las semejanzas de operativa y culturales.BNL, presidida por Luigi Abete, estaría abocado a un probable proceso de fuerte reestructuración primero para volver a beneficios y para optimizar gastos de explotación, el principal caballo de batalla de toda fusión. Son previsibles también los recortes de personal.