Una apuesta personal de Francisco González
Queremos estar en el asiento del conductor cuando empiece el proceso de fusiones en Europa. Los diques nacionalistas y regulatorios no van a parar la marea de la concentración bancaria en Europa'. Cuatro años después de esta sentencia, extraída de uno de los discursos del presidente del BBVA Francisco González, en marzo de 2001, la máxima tiene la misma vigencia que entonces. Pero, al contrario que en esa fecha, el anhelo europeo tiene, en estos momentos, casi carácter de urgencia.
Y no sólo porque su eterno rival, el presidente del Santander Central Hispano, Emilio Botín, se le adelantara ya hace casi un año con la compra del Abbey, en una de las más importantes operaciones transfronterizas acometidas hasta la fecha, sino porque para Francisco González culminar en estos momentos una operación de este tipo sería la mejor forma de resarcirse de varios meses complicados, no sólo para el banco, sino para él mismo.
Difícilmente cabe imaginar una mejor forma de enterrar en el olvido tanto la intentona de entrada de Sacyr en el BBVA como las investigaciones abiertas por Anticorrupción sobre la venta en 1996 de FG Valores, sociedad que presidía.
Interés renovado
El interés del BBVA por entrar en el mercado europeo y convertir al grupo en un referente en el sistema financiero internacional se ha ido renovando año tras año desde que Francisco González asumiera la presidencia en solitario. Ha sido, de hecho, una cuestión personal y quienes conocen al banquero subrayan que los sucesivos intentos fallidos de transformar en poder real su participación en la Banca Nazionale del Lavoro, el sexto banco italiano, constituye para González la mayor asignatura pendiente de su mandato.
No en vano, el banquero ha sido uno de los principales impulsores de los lobbies bancarios para derribar los obstáculos regulatorios y políticos. Al parecer, con poco éxito, a juzgar por la resistencia del sistema italiano a dejarse colonizar.
Al contrario que Emilio Botín, que pocos meses antes de anunciar a bombo y platillo la compra del Abbey aseguraba que no se veía protagonista de una fusión bancaria en Europa, Francisco González no ha ocultado nunca su interés por crecer a través de compras en Europa. Sobre todo, una vez consolidada su posición en Latinoamérica, principal destino de las inversiones de ambos grupos durante 2000 y 2001.
Pero lo cierto es que pese a su interés en Europa, el 15% en la Banca Nazionale del Lavoro era la única participación bancaria importante del grupo en la zona, tras haberse desprendido del 3,7% que poseía en Crédit Lyonnais.
Sus intentos en Italia, un mercado que considera el más compatible con el modelo de negocio del grupo y muy similar en cuanto a banca minorista, no se reducen al banco que es ahora objeto de deseo y posible objeto de opa. De hecho, en 2000 el BBVA también puso sus ojos en Unicredito, aunque fueron también las trabas regulatorias y políticas las que dieron al traste con las negociaciones.
González centró entonces todo su interés en BNL. Un interés que ahora, cinco años después, y si nada se interpone, acabará por fin por materializarse.
Siempre abierto a oportunidades de compra
El presidente del BBVA volvió a insistir en la junta de accionistas del pasado mes de febrero que el banco seguía atento a 'cualquier oportunidad que surja de crecimiento no orgánico'. Lo cierto es que, pese a sus constantes muestras de interés por ganar dimensión a través de adquisiciones, salvo algunas incursiones en el mercado norteamericano, la política de compras del BBVA ha sido más bien modesta. De hecho, el BBVA entró en el mercado norteamericano por la puerta pequeña, con la compra de una entidad californiana, Valley Bank, por 14 millones de euros. Con esa compra culminaba la tercera operación en Norteamérica, donde busca aprovechar un mercado potencial de 37 millones de hispanos. Meses antes del Valley, el grupo anunció la adquisición del tejano Laredo National Bancshares (LNB), que permite al banco acceder a los clientes mexicanos residentes en Estados Unidos. Con el mismo fin, adquirió la entidad mexicana Hipotecaria Nacional.