La explosión del déficit comercial
Los datos sobre el comercio exterior en 2004, publicados ayer por el Ministerio de Industria, no hacen sino confirmar una tendencia que resulta imprescindible cambiar. El déficit comercial aumentó el 31,1%, hasta 60.669,6 millones de euros, y la tasa de cobertura refleja una franca caída hasta el 70,7%, 4,2 puntos menos que un año antes, y la más baja desde la llegada del euro.
El déficit se explica por el fuerte aumento de las importaciones (12,5%, frente al 5,4% de 2003), que crecen el doble que las exportaciones. Estos datos son un espejo del modelo de crecimiento en que se basa la economía española en los últimos años: una potente demanda interna e inversión en construcción, confirmadas esta misma semana por el INE, mientras el sector exterior sigue en signo negativo.
Las ventas a la UE, destino del 73,9% de los productos españoles, crecieron el 4,8%, mientras que las compras a los socios europeos (64,6% del total) aumentaron más del doble. El panorama es que, de toda la zona euro, España sólo tiene superávit comercial con Portugal y Grecia, además de un superávit casi testimonial con Reino Unido. Y, entre los nuevos socios de la UE, países como Letonia, Lituania, República Checa, Hungría y Polonia venden a España más de lo que le compran.
La preocupante conclusión es que la economía española es capaz de comprar casi de todo, pero tiene disminuida su capacidad de vender. Todos los sectores sin excepción han incrementado notablemente las importaciones. Y, a la cabeza, los productos energéticos que, además de reflejar la subida del crudo, vuelven a demostrar una inquietante dependencia en un terreno vital. Como consecuencia de este modelo de crecimiento, los sectores en los que más han crecido las importaciones son los ligados al consumo privado.
Este marco lleva a un déficit comercial del 7,59% del PIB, un porcentaje inusitado para una economía avanzada y tan abierta como la española. El plan de competitividad que prepara el Gobierno no puede eludir este escenario de desequilibrio en el comercio exterior.