España suspende en 'telecos'

La transformación económica y política de España en el último cuarto de siglo se presenta habitualmente, en el marco internacional, como ejemplo de éxito que imitar. La modernización y el crecimiento se fortalecieron durante el proceso de incorporación a Europa, que tuvo como resultado un masivo ingreso de capital extranjero que fue el eje del cambio de la fisonomía económica española.

Un aspecto de esa contribución de los capitales externos fue la llegada de empresas de electrónica y telecomunicaciones al país, donde se instalaron más de 30 plantas de producción, que crearon más de 30.000 puestos de trabajo y convirtieron España en el puente entre Europa y América Latina. La importancia que fue adquiriendo el mercado interno, uno de los más dinámicos de Europa, fue acompañado así por la industria del sector en la primera fase del desarrollo de las telecos del país.

Sin embargo, esa situación se ha revertido totalmente en los seis últimos años, con la deslocalización masiva de esta industria. Hoy, las grandes firmas productoras de equipos han dejado de fabricar aquí y las oficinas que conservan tiene un carácter eminentemente comercial. Esta realidad ha tenido su reflejo en el Congreso Mundial 3GSM que tuvo lugar esta semana en Cannes, donde España ha brillado por su ausencia. Apenas seis pequeñas y medianas empresas nacionales estuvieron allí, sobre un total de 600 compañías asistentes de todo el mundo.

El retroceso de este sector en España debido al proceso de globalización contrasta con el avance y afianzamiento de otros, como la industria aeroespacial. Es probable que la deriva de la deslocalización, que ha llevado a las empresas a China y al Este europeo, sea inevitable. Pero sí es posible y urgente una política industrial que sirva para expandir el establecimiento de empresas de software, desarrollo y aplicaciones, que devuelva protagonismo a España. El Congreso 3GSM tendrá lugar en Barcelona a partir de 2006. Que no se convierta en otro Cannes.