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CincoSentidos

Automóviles a velocidad de crucero

Primero llegó al mercado norteamericano y después a países europeos como Alemania, Italia, y sobre todo Francia donde un invento automovilístico, el control o regulador de velocidad, ha cobrado poco a poco tanto protagonismo como popularidad.

Varios son los motivos. De una parte, asegura mucho confort de marcha, pues con el dispositivo conectado no es preciso pisar el acelerador todo el tiempo: una vez alcanzada la velocidad deseada, basta pulsar un botón para que el vehículo ruede por sí mismo, con independencia de si se hace sobre llano, se afronta un repecho o un prolongado descenso.

Además, el mecanismo, que habitualmente se conecta a través de un brazo paralelo al mando de los intermitentes con pulsadores, con botones sobre el volante o mediante un mando directamente instalado en el brazo de alumbrado/intermitencia, permite reducir la velocidad y aumentarla, pero por supuesto memorizarla.

Eso sí, basta pisar el freno, por cualquier motivo, para que el sistema se sitúe al instante en posición de espera, momento en que de nuevo el conductor debe acelerar para mantener la marcha. Si por contra se desea recobrar el ritmo anterior, sólo es preciso presionar otro botón, pues el dispositivo mantiene en su memoria la velocidad previamente seleccionada.

De todos modos, también se puede apagar directamente, situación en la que, una vez más, hay que pisar el acelerador para mantener el vehículo en movimiento, y además aunque vaya puesto, el control de velocidad permite pisar a fondo el acelerador para, por ejemplo, realizar un adelantamiento -al soltar el pedal el coche vuelve a la velocidad fijada-.

Otra función es el control o limitador de velocidad. No hace falta mirar las señales de velocidad si, por ejemplo, en autovía o autopista, se fija como tope los 120 km/h -barrera legal en España para esos trazados-. Esta es la razón por la que se ha popularizado en Francia, país plagado de radares en el que rebasar los límites pasa factura, una cara factura.

Los dispositivos más modernos en este capítulo cuentan además con un radar de proximidad, de modo que con el control conectado el coche llega a frenar respecto al de delante, siempre dentro de unos límites, para mantener la distancia de seguridad. Mercedes, Audi, BMW y Nissan cuentan ya con él.

El abaratamiento facilita su inclusión en coches pequeños

El progresivo abaratamiento es uno de los motivos por el que se está popularizando este sistema. Aunque en sus orígenes sólo estaba disponible en automóviles de precio elevado, ahora hay incluso utilitarios, como el Skoda Fabia, que lo montan de serie. Otros modelos con la inclusión estándar -como opción se ofrece en casi todas las marcas- son los Skoda Octavia y Superb, el Renault Clio en su gama 2005 o el recién llegado Citroën C4. En este último va asociado a otro mecanismo, el limitador de velocidad, que se maneja de modo parecido, aunque su misión es avisar, a través de una señal que suele ser acústica, de que se está superando la velocidad seleccionada como máxima.

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