La batalla de las superberlinas
Anticipándose a competidores como el futuro Bugatti Royale, Bentley ultima el lanzamiento del Continental Flying Spur, una superberlina que luce todo el saber hacer de la firma británica en materia de gran lujo artesanal, al tiempo que la calidad germana en materia de calidad y fiabilidad.
El Continental Flying Spur llega un año después del comienzo de las primeras entregas del cupé Continental GT, y aunque se inspira en éste, sus raíces hay que buscarlas en el Continental Flying Spur de 1957, uno de los turismos más elegantes y potentes jamás construidos.
Aunque es un producto casi único, excepción hecha de las berlinas de la casa más potentes, pero también más veteranas, el nuevo Bentley llega dispuesto a hacerse con buena parte de los Mercedes Clase S más caros y exclusivos -con precios entorno a 130.000 euros-, incluidos los derivados de la división deportiva de la estrella AMG. Fabricado en las instalaciones de Crew (Reino Unido), goza de la mecánica del Continental GT, o lo que es igual, un seis litros de doce cilindros biturbo que rinde 552 CV y permite acelerar hasta 100 km/h en cinco segundos con una velocidad punta de 306 km/h.
La marca lo ha equipado con sistema de tracción a las cuatro ruedas, previsto para digerir el terremoto de par máximo que se le viene encima a partir de 1.600 r.p.m.
El Continental Flying Spur, desarrollado al mismo tiempo que el Continental GT, ha sido ideado para disfrutar al ser conducido, pero también para ir en las plazas traseras -gracias a su generosa batalla-. Echa el resto en materia de lujo, confort y acabado. Sólo para el tapizado de los asientos se emplean más de once tipos de cuero de gran calidad. De hecho, sus niveles de espacio y confort de marcha no tienen parangón.
Sin embargo, entre las premisas de su diseño destaca la necesidad de lograr una apariencia relativamente discreta, en absoluto ostentosa. Una elegancia contenida que abre la puerta a líneas limpias y musculosas, con la clásica parrilla frontal de la marca, un voladizo anterior mínimo y una zaga similar a la del Continental GT.
El cliente del Continental Flying podrá escoger entre dos configuraciones interiores: cuatro asientos, con consola central entre los asientos traseros -motorizados y con mandos para la climatización, de cuatro ambientes, o el sistema de infoentretenimiento-, o bien una más clásica y sencilla arquitectura de cinco plazas. Para lograr la proverbial calidad de la marca desde que el grupo V. A. G. se hiciese con sus riendas, figura un dato de interés: en fase de prototipo, el Continental Flying Spur ha completado casi dos millones de kilómetros sobre toda clase de trazados, siempre en las condiciones más extremas.
Y además, descapotable y limusina
Mientras el Continental Flying Spur llega a manos de sus futuros propietarios, la marca ha desvelado su futuro descapotable: el Arnage Cupé. Sucesor del Azure, se basa en el Rolls Royce Corniche, y aunque no estará disponible hasta 2006 -en función de la respuesta del público-, ya se conocen sus detalles.Por ejemplo, rinde 450 CV, a partir de una mecánica V8 biturbo. Tiene cuatro cómodas plazas -detrás, un 25% más grandes que en su antecesor-, calidad Bentley 100%, ópticas traseras con tecnología led, frontal en línea con los actuales Arnage y capota eléctrica de lona -de diversas tonalidades, a combinar con la carrocería-, que se pliega eléctricamente en 25 segundos.Con revestimiento interior de cuero Cotswold, el Arnage Cupé monta un parabrisas 35 milímetros más plano con marco reforzado, llantas de 19 pulgadas y sistema mecánico antivuelco.Además del descapotables, otra novedad de Bentley es el Arnage Limousine Concept, desarrollado por la división Mulliner Park y realizado conforme a los más estrictos deseos de su comprador. Esta berlina, de la que sólo se harán 20 unidades, requiere 6.000 horas de mano de obra, y rinde 400 CV.