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Los megayates, la última moda entre los multimillonarios

El príncipe heredero de Dubai, el jeque Mohamed bin Rashid al-Maktoum, será dentro de poco el propietario del mayor yate del mundo, un monstruo de 160 metros de eslora cuyo coste supera los 120 millones de libras (180 millones de euros). Bautizado el Golden Star (Estrella Dorada), este leviatán marino será equipado con un helipuerto, una pista de aterrizaje para reactores de negocios, suites para 24 invitados, un diseño interior creado por Philippe Stark, más la parafernalia habitual de cualquier buque de súper lujo: pantallas de plasma gigantes, gimnasio, canchas de squash, piscina y una amplia gama de armamento sofisticado para disuadir a los terroristas y otros no invitados. El buque se construye en unos astilleros de los Emiratos Árabes Unidos y su botadura está prevista para principios del próximo año.

El Golden Star, que también lleva el nombre de The Platinum (El Platino), representa el no va más de la nueva generación de los megayates, como se les conoce en los círculos náuticos. El buque desbanca tanto por su tamaño como en precio al hasta ahora número uno de la serie de superlujos flotantes, el Rising Sun (Sol Naciente), perteneciente a Larry Ellison, consejero delegado de Oracle, la empresa estadounidense fabricante de software. El yate de Ellison, en su origen un proyecto de 118 metros de eslora, fue ampliado en unos 20 metros con el objetivo de ponerle la proa delante a su rival Paul Allen, que con su socio Bill Gates fue fundador de Microsoft. El buque de Allen mide 126 metros de eslora.

En términos comparativos, el yate del multimillonario ruso Roman Abramovich, propietario del club de fútbol inglés Chelsea, resulta una especie de piragua, con una eslora de sólo 86 metros y un coste de 72 millones de libras, unos 108 millones de euros. Sin embargo, Abramovich no se queda corto de eslora, con otros dos yates en su flota, valorados en su conjunto en 183 millones de euros.

El yate de Larry Ellison, de Oracle, un proyecto en origen de 118 metros de eslora, fue ampliado 20 metros con el objetivo de ponerle la proa delante a su rival Paul Allen, cofundador de Microsoft

'Se trata de juguetes de moda para los súper ricos', explica Andrew Bray, redactor jefe de las revista especializada Yachting World. 'La eslora media de los megayates que se construyen se ha incrementando en casi un metro al año en la última década. Son los propios multimillonarios los que están impulsando este boom y, cuanto más ricos, más grandes son sus juguetes'.

El Golden Star fue encargado en 1996 por el príncipe Jefri Bolkiah, el hermano menor del sultán de Brunei, el hombre más rico del mundo. Pero el proyecto fue suspendido dos años después tras destaparse un escándalo financiero en unas empresas controladas por el príncipe. El buque construido a medias fue trasladado en 2001 a los astilleros de los Emiratos por su nuevo propietario, el príncipe heredero de Dubai. Este barco forma parte de una flota de 800 megayates en todo el mundo, con otros 200 en proceso de construcción en diversos astilleros que serán botados en los próximos tres años.

Norberto Ferretti, presidente de unos astilleros especializados en yates de lujo, explica el fenómeno: 'Los multimillonarios pueden pagar 5.000 euros la noche por una suite en un hotel de lujo, pero cuando cogen el ascensor para bajar al vestíbulo se encuentran rodeados de personas que están pagando 20 veces menos por su habitación. La exclusividad de un megayate es lo que buscan mis clientes'.

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