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Divisas

El mercado apuesta por el primer ajuste del yuan en 10 años

Buenas noticias para los países de la zona euro. En el mercado cunde la convicción de que China impulsará en 2005 la primera revaluación de su moneda en una década, asumiendo así parte de la carga de la depreciación del dólar. Las apuestas de futuros sobre el yuan descuentan ya una subida del 6% en la moneda asiática.

Asia se prepara para asumir el protagonismo en el mercado mundial de divisas. Bancos como Merrill Lynch ya empiezan a recomendar a sus clientes que comiencen a rotar sus apuestas en el sector desde el euro hacia las monedas asiáticas. El mercado mira hacia China, a la que EE UU ha presionado durante más de dos años para que revalúe su moneda. 'Hay una clara posibilidad de que China permita una mayor flexibilidad de su moneda', reconoce Jason Pidcock, gestor de Mellon Global Investments. Pero este experto avisa: 'Muchos imaginan que el momento será enero; es posible, pero la última vez que China ajustó su moneda fue en 1994'.

El cambio del yuan ha fluctuado entre 8,3 y 8,27 unidades por dólar desde 1995. El cambio por el que el mercado de futuros apuesta ahora para 2005 ronda las 7,79 unidades por dólar. Es decir, casi un 6% más que ahora. De producirse, el movimiento forzaría a un ajuste al alza contra el dólar en toda Asia y aliviaría de forma significativa la presión sobre el euro.

'Se puede considerar que China está en la zona de divisas en dólares, en lo que se puede denominar Bretton Woods II. Mientras EE UU compra los productos chinos, el país puede crear empleo para sus masas de campesinos y, a cambio, financia la economía estadounidense', explica Rajeev De Mello, gestor de Pictet Funds. Se trata de algo generalizado en toda Asia. De hecho, BNP Paribas estima que esa región posee el 28% de los bonos emitidos por el Tesoro de EE UU. 'Si Bretton Woods II llegase a colapsar, el euro se vería beneficiado, pero también se fomentaría una mayor volatilidad en los mercados de activos y se incrementarían los diferenciales de rentabilidad del conjunto de la renta fija respecto a los bonos del Tesoro de EE UU', advierte De Mello.

Los expertos prevén que el movimiento se hará con una banda de flotación contra una cesta de divisas

Desde que Pekín anunció en noviembre pasado la primera subida de tipos en nueve años, del 5,31% al 5,58%, las especulaciones sobre la revaluación del yuan se han disparado.

'El escenario que vemos más probable es que el cambio del régimen del yuan tendrá lugar en 2005', vaticina Anthony Chan, de la gestora ACM. 'Nuestra previsión es de una modesta apreciación inicial de entre el 3% y el 5% y de una vinculación del yuan a una cesta de monedas con una banda de flotación de entre el 3% y el 5%', apunta Chan.

Pero no conviene olvidar que China no es un régimen democrático, ni capitalista. Los extranjeros sólo pueden invertir en Bolsa a través de las acciones llamadas B, denominadas en dólares americanos en Shanghai y en dólares de Hong Kong en Shenzen, que es la otra gran plaza financiera, descontando el particular mercado de Hong Kong. Invertir en yuanes es prácticamente imposible para un foráneo.

Por eso, los expertos son muy cautelosos a la hora de anticipar los movimientos de Pekín. 'Si el proyecto cristalizara intuyo que el Gobierno se decantaría por el establecimiento de una banda de flotación, pues es acorde con su filosofía general de enfoque progresivo y experimental. Es muy difícil determinar la banda pero ampliar los márgenes es peligroso, pienso que no pasará del 3%', apunta una experta de una institución internacional, que prefiere no ser identificada.

Nuevo récord histórico del euro contra el dólar

La moneda única marcó ayer su cuarto récord histórico contra el dólar, al llegar a cambiarse por 1,3644 dólares por unidad. La nueva cota se mantuvo durante poco tiempo. Los buenos datos de confianza del consumidor en EE UU, publicados ayer por el instituto Conference Board, impulsaron una rápida corrección, que devolvió al euro al límite de los 1,36 dólares.A la complacencia de las autoridades estadounidenses, que han encontrado en la depreciación del dólar la vía más fácil para poner coto al abultado déficit por cuenta corriente, se suma la pasividad de los responsables de la zona euro, reacios a intervenir en el mercado.Por otra parte, los países de la moneda única tampoco pueden olvidar que la fortaleza del euro, que gana un 8% en el año, ha sido muy oportuna para paliar los efectos negativos de la subida del petróleo, que se ha encarecido más de un 30% desde enero.Otro caso es Japón. El ministro nipón de Finanzas, Sadakazu Tanigaki, ya ha advertido que el Gobierno 'vigilará muy de cerca' la evolución del tipo de cambio. Tras una década sumida en el marasmo, la locomotora oriental ya está en marcha. Los últimos datos de producción industrial reflejan un aumento del 1,5% en noviembre, frente al 1,3% de octubre y un descenso de la tasa de paro en el mismo periodo del 4,7% al 4,5%. Tokio no quiere que una indeseada apreciación del yen socave la competitividad de las exportaciones niponas y eche a perder la recuperación. El yen ha ganado ya un 10% contra el dólar desde mayo, pero en el mercado se extiende ya la convicción de una inminente venta de yenes por parte del Banco Central de Japón, con el objetivo de frenar la carrera del yen.

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