Europa abre la puerta a Turquía
Los líderes de la Unión Europea tomaron el viernes una trascendental decisión cuyas consecuencias sólo podrán valorarse dentro de más de una década. La apertura de negociaciones con Turquía para su ingreso en la Unión marca un antes y un después en la historia de un proyecto de unificación pacífica del Viejo Continente que nació de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial.
En un planeta que gira ya en torno a polos multinacionales de soberanía compartida, la Unión Europea se ha convertido en un ejemplo de convivencia de Estados-nación cuyos vasos comunicantes transfieren de unos a otros prosperidad, estabilidad y garantías de paz. Un proyecto que sin duda resulta atractivo para Turquía, un gigante musulmán aislado en una región hostil. Los europeos deberían sentirse orgullosos del éxito de su modelo y poner en perspectiva las inquietudes sociales y presupuestarias que, sin duda, plantea la negociación con Ankara. Si algo demostró la caída del muro de Berlín, es que la definición geoestratégica de los límites de la Unión Europea no pueden fijarse a priori ni de manera indeleble.
El ingreso de Turquía acentuará la urgencia de reformas institucionales y presupuestarias en la Unión. Pero esa necesidad ya había quedado de manifiesto tras la última ampliación. Y quienes auguran a Turquía un estatus de socio secundario olvidan que el país de Recep Tayyip Erdogan será un elemento fundamental a la hora de desarrollar el incipiente Ejército europeo.
Ahora corresponde a los turcos demostrar su voluntad y capacidad para amoldarse a las exigencias de un club laico, democrático y respetuoso con los derechos de las minorías. En el otro lado de la barrera, Europa necesita tomarse tiempo para digerir al socio turco, máxime cuando acaba de acoger a 10 nuevos socios y ayer terminó las negociaciones con otros dos (Rumanía y Bulgaria). El largo plazo de las negociaciones previsto debería servir para que Turquía siga avanzando en sus reformas y, de paso, ir limando la reticencia de los ciudadanos de la UE ante esta histórica adhesión.