Botín impulsa una reorganización acelerada en la filial Abbey
El Santander ha empezado a imponer su criterio en Abbey National. Ha nombrado a Juan Rodríguez Inciarte vicepresidente y designado a otros tres consejeros españoles. Además, ha reorganizado el negocio para lograr el aumento de ingresos y la reducción de costes anunciados. El banco español quiere una transición rápida.
El Santander pisa el acelerador de su plan de reestructuración de Abbey. Una semana después de cerrar definitivamente su opa sobre el sexto banco del Reino Unido, el grupo que preside Emilio Botín ha anunciado una reorganización del consejo de administración de Abbey y del negocio con el objetivo de intensificar el enfoque en el cliente.
'Mi objetivo consiste en acelerar el plan de reactivación de Abbey y empezar a impulsar el plan de ingresos y de ahorro de gastos que el Santander identificó cuando lanzó su oferta por Abbey', señala en un comunicado Francisco Gómez Roldán, nuevo consejero delegado de Abbey y hasta ahora director financiero del Santander que sustituye a Luqhman Arnold.
El grupo español ha designado cuatro nuevos consejeros no ejecutivos que se unen a Keith Woodley, del anterior consejo. Juan Rodríguez Inciarte, director general responsable del negocio en Europa y principal artífice de la compra del banco hipotecario, será vicepresidente no ejecutivo. Los otros vocales españoles son José María Fuster, director general de medios; Antonio Horta, presidente del grupo Totta, cabecera del Santander en Portugal; y José María Carballo, un directivo que ha ocupado cargos de responsabilidad para Banco Santander y Banco Bilbao en Londres, Nueva York y Madrid. El consejo se recorta de 15 a 10 miembros (seis de ellos de Abbey).
Cuatro divisiones se fusionan para lograr el beneficio de 670 millones en ahorro de costes e ingresos
El Santander cree que 'Abbey cuenta con potencial para ser uno de los bancos más eficientes y rentables del Reino Unido' y la nueva estructura es 'un primer paso decisivo hacia ese objetivo', según Gómez Roldán. Lord Burns seguirá siendo presidente no ejecutivo del banco británico. La intención es hacer una integración acelerada en la que haya un periodo de transición mínimo.
El banco ha reestructurado también las divisiones de negocio para lograr el anunciado beneficio de 670 millones en 2007 (450 millones en ahorro de costes y 220 millones de ingresos por mayor venta de seguros y créditos al consumo). Así, se fusionan las áreas de nuevas tecnologías y servicio al cliente bajo el nombre de manufacturing, que tendrá responsabilidad sobre el control de costes y la eficiencia operativa. Al frente estará el actual director de servicio al cliente, Tony Wyatt.
Por otro lado, se unirán las divisiones de seguros y gestión de patrimonios. El responsable, aún no designado estará en el comité ejecutivo.
La reorganización ha provocado la salida de dos directivos. Mark Pain, responsable de ventas al cliente, dimite por motivos 'no relacionados con la reestructuración' y Yasmin Jetha, de tecnologías, deja el puesto por ser éste 'redundante'.
La acción, al alza
Desde que el Santander reconoció el interés por comprar Abbey National, el pasado 23 de julio, la acción ha subido un 12,8%, con lo que se recupera de los descensos que sufrió durante los dos meses que mediaron hasta el acuerdo de compra, en septiembre.La evolución ha sido desigual desde que materializó la adquisición por 13.199 millones el pasado 12 de noviembre y se convirtió en noveno banco del mundo por capitalización. La acción subió un 3,5% hasta el día 19, pero el alza acumulada hasta ayer se ha quedado en el 1,7%, cuando el Santander repitió cotización.En cuanto al negocio de la nueva filial, el grupo español quiere explotar al máximo la contratación de productos por cliente. En el Abbey la media era de 1,7 frente a cuatro en el SCH.