Hacienda quiere un IRPF con tipos más bajos y menos deducciones
Debemos reflexionar sobre si queremos rebajar o no los impuestos; si queremos tipos más bajos, con menos deducciones, o mantenerlos altos con las mismas'.
Debemos reflexionar sobre si queremos rebajar o no los impuestos; si queremos tipos más bajos, con menos deducciones, o mantenerlos altos con las mismas'. Es la gran pregunta que lanzó ayer el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, en el Foro Cinco Días, patrocinado por Banco Madrid y Accenture.
El número dos del vicepresidente económico, Pedro Solbes, recalcó que en esta reflexión, previa a la reforma del IRPF del próximo año, debe 'mojarse' el conjunto de la sociedad, no sólo el Ejecutivo, en clara referencia a la idea lanzada por él mismo hace sólo una semana sobre un posible recorte en las deducciones por planes de pensiones y por compra de vivienda, reflexión que se ha granjeado ya fuertes críticas de los sectores implicados.
En su opinión, una rebaja del IRPF, con 'recorte del número de tramos y de tipos marginales', debería venir vinculada a una reducción de gran parte de las deducciones, 'evitando los dirigismos', lo que simplificaría el impuesto y ayudaría a que la pérdida recaudatoria no fuera muy grande. Actualmente, el tributo consta de cinco tramos, con tipos marginales que oscilan entre el 45% (el máximo) y el 15% (el mínimo).
'Frente a la hiperactividad fiscal del anterior Gobierno, nosotros planteamos el sosiego tributario'
Ordóñez insiste en que el Ministerio de Hacienda aún no ha tomado ninguna decisión de antemano porque antes de 'reducir la maraña actual de deducciones fiscales', quiere saber qué es lo que piensan los contribuyentes.
'El Gobierno de Zapatero no hará nada en contra de la sociedad, sin un consenso social. No se repetirán acontecimientos del pasado, como invadir un país (Irak) con el rechazo del 90% de los españoles', insistió, rodeado de altos ejecutivos de las principales empresas y de representantes de los agentes sociales.
A la sombra del FMI y la OCDE
Respecto al espinoso asunto de la eliminación de los incentivos fiscales por compra de vivienda, el secretario de Estado de Hacienda apuntó a organismos internacionales como el FMI o la OCDE, cuyos servicios de estudios llevan tiempo cuestionando este tipo de ayudas. 'Fuera de España, estos organismos multilaterales se han pronunciado a favor del recorte de subvenciones fiscales, porque al final sólo provocan un alza en el precio que paga el consumidor', dijo Ordóñez en el citado Foro, en donde también anunció el deseo del Ejecutivo de aumentar la capacidad normativa en impuestos de las comunidades para así ampliar su financiación, y de 'mejorar los procedimientos' para que las empresas inviertan más en I+D.
De la misma forma, Ordóñez resaltó cómo la OCDE considera que los planes de pensiones 'han fracasado' en su objetivo de impulsar el ahorro, dado que son instrumentos 'mayormente utilizados por los contribuyentes con rentas más altas', siendo éstos, por tanto, los más beneficiados por esas deducciones. En los Presupuestos Generales del Estado para 2005 hay previstos beneficios fiscales por planes de pensiones por valor de 1.300 millones de euros. Los derivados por compra de vivienda alcanzan los 3.000 millones.
En el turno de preguntas, el secretario de Estado de Hacienda se defendió de quienes critican al Ejecutivo de dejarse llevar en los últimos meses, sin tomar decisiones de relevancia tributaria.
'No hemos hecho casi nada en asuntos fiscales y estoy orgulloso de ello, de evitar la hiperactividad de la legislatura anterior en donde se efectuaron 2.000 cambios en los impuestos, a casi dos por día. Frente a esta hiperactividad fiscal del anterior Gobierno, nosotros planteamos el sosiego tributario. Mínimos cambios pero reflexionados', dijo.
Puso como ejemplo la actual ley general tributaria, que el Gobierno ha decidido no variar a pesar de que rechaza algunos de sus postulados. 'Creemos que debe primar la estabilidad normativa, por lo que hemos preferido esperar a ver qué es lo que funciona de ella y qué no antes de modificarla', dijo.
Recaudación, a la baja
Siguiendo esta máxima de 'sosiego y tranquilidad tributaria', la intención del Gobierno pasa por que el debate público sobre la reforma del IRPF dure aún varios meses, que abarcarían el periodo final de este año y los primeros meses de 2005. A partir de la próxima primavera, el Ejecutivo terminará de diseñar el nuevo impuesto con el fin de que entre en vigor, en 2006, una vez superado el trámite parlamentario.
En relación a una posible pérdida de recaudación del impuesto, (la anterior reforma tuvo un coste inicial de 3.500 millones de euros), Fernández Ordóñez no se mostró intranquilo por ello. La reforma, a su juicio, es posible que se salde con una ligera perdida recaudatoria 'que puede suplirse con mayores ingresos obtenidos por otros impuestos como los medioambientales'.