Un panorama más sombrío
El vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes, reconoció ayer en Luxemburgo que la previsión de crecimiento para 2005 es ahora sensiblemente más baja que hace unos meses, debido a los efectos derivados del encarecimiento del petróleo. Solbes baraja ahora una horquilla de entre el 2,3% y el 2,8%, frente al 3% incluido en el cuadro macroeconómico que sirve de base para el proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2005. El miércoles había reconocido también que el crecimiento podría quedar reducido al 2,6% este año, aunque señaló que todavía 'es posible' cumplir el objetivo oficial del 2,8%.
La rebaja de previsiones, hecha ante un grupo de periodistas y considerada aún oficiosa por Economía, puede verse ratificada pronto por la Comisión Europea, que está revisando sus propias estimaciones para el conjunto de la Unión Europea. Sea cual sea el dato que publique Bruselas, el hecho de que Solbes haya mencionado un 2,3% de crecimiento en 2005 como hipótesis de trabajo válida (aunque sea el extremo más bajo de la banda de previsiones) resulta bastante preocupante. Y siembra importantes dudas sobre la sostenibilidad de un proyecto de Presupuestos que se cimienta en una previsión de crecimiento del 3%.
Un menor ritmo de actividad económica significa ineludiblemente una menor creación de empleo, menor nivel de consumo y un descenso en los ingresos tributarios, tanto en concepto de IRPF como de IVA. El proyecto de Presupuestos se elaboró con una estimación media para el precio del barril de petróleo de 33,5 dólares. Una cifra que, si no se frena la escalada, va camino de duplicarse (ayer cerró cerca de los 51 dólares). Los técnicos del mercado petrolero coinciden en augurar una moderación de precios a medio plazo. Pero hace meses que lo anticipan, sin que llegue a materializarse. Solbes, poco dado a giros bruscos, está preparando el terreno para un escenario macroeconómico bastante más modesto. Y tendrá enormes dificultades para sostener los Presupuestos de 2005.