La OPEP revisa al alza el crecimiento de la demanda de crudo en 2004 y lo rebaja en 2005
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha revisado al alza sus pronósticos de crecimiento de la demanda mundial de crudo para 2004 y al mismo tiempo ha corregido a la baja los de 2005 debido al impacto que calcula tendrán los altos precios del petróleo sobre la economía.
En su Informe Mensual del Mercado de Petróle correspondiente a octubre y difundido hoy por el secretariado de la OPEP en Viena, los expertos del cartel cifran en una media de 81,79 millones de barriles diarios (mb/d) la demanda global de crudo en el presente año, cerca de un 3,3% más que en 2003. El informe sube así en 110.000 b/d sus pronósticos de crecimiento en 2004, hasta dejarlos en 2,62 mb/d de media.
Para todo 2005 la OPEP espera que la demanda mundial sea de una media de 83,41 mb/d, con lo que prevé un crecimiento en 1,61 mb/d, o un 2%, y corrige así a la baja, en 130.000 b/d, la cantidad pronosticada en su informe anterior, a mediados de septiembre.
Los datos difundidos hoy coinciden en su tendencia general con las previsiones publicadas por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) el pasado 14 de octubre, que también corrigieron al alza los pronósticos de la demanda para 2004 y a la baja los del 2005.
La AIE representa a 26 países consumidores industrializados, cifra en 82,5 mb/d (800.000 b/d más que la OPEP) la demanda global de crudo en 2004, y en 83,9 mb/d en 2005.
Mayor producción en 25 años
Con respecto a la producción, la OPEP cifra, "en base a fuentes secundarias", en 30,12 mb/d la suya propia en septiembre, 44.000 b/d más que en agosto. Ese volumen de extracción es el más alto en los últimos 25 años e incluye 2,2 mb/d de Irak, mientras que el resto de los diez países miembros, que participan en el sistema de reparto de cuotas de producción, bombean juntos 28,92 mb/d.
Con ello superan la cuota total oficial, de 26 mb/d, que aumentará hasta los 27 mb/d el próximo 1 de noviembre, así como los 27,90 mb/d que la OPEP calcula como demanda mundial a su crudo, tras descontar el suministro procedente de productores no miembros de la organización.
Se calcula que "la producción No-OPEP" mediará unos 49,95 mb/d en 2004 y 51,16 mb/d en 2005, según el informe. De forma paralela a la evolución de la demanda, el informe de octubre de la OPEP corrige al alza el pronóstico de crecimiento de la economía mundial para 2004, que cifra en el 4,9%, y a la baja en 2005, al establecerlo en un 4,1%.
"Los pronósticos para el crecimiento de la economía mundial en 2005 se han visto algo afectados por el inusual, brusco y persistente aumento de los precios del petróleo en 2004", explica el cartel en el documento.
La OPEP recuerda que hace pocos meses el consenso general entre los expertos vaticinaba un precio medio para el barril del Petróleo Intermedio de Texas, el de referencia en Estados Unidos, en torno a los 35 dólares, mientras que, tras la carrera alcista hasta máximos históricos en los últimos dos meses, tuvieron que elevar esa media anual a entre 37 y 38 dólares. El encarecimiento del crudo "puede reducir la actividad de la economía mundial en cerca de un 0,15%", advierte.
Mientras que el petróleo ligero "Texas" se vende hoy en torno a los 55 dólares/barril y el Brent, de referencia para Europa, ronda los 50 dólares/barril, el crudo de la OPEP también "aumentó dramáticamente por el temor a posibles cortes de suministros".
En septiembre, ese barril (de 159 litros), calculado en base a siete tipos de calidades de crudo, se vendió a una media de 40,36 dólares, promedio que fue de 40,27 dólares en agosto, mientras que el viernes pasado su cotización alcanzó los 46,14 dólares, acercándose al máximo registrado el martes, de 46,49 dólares.
Entre las razones de este fuerte encarecimiento, el informe destaca que "los inventarios comerciales de crudo en EE UU registraron un descenso inusual de 16,1 mb/d" debido especialmente a los daños causados por el paso de varios huracanes en las plataformas petroleras del golfo de México.
Asimismo, resalta especialmente las dificultades que tienen las refinerías en las naciones consumidoras para procesar el crudo con alto contenido de sulfuro, lo que origina una gran diferencia de demanda y precios de los distintos tipos de petróleo.