El Fondo receta cautela
La asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la reunión del G7, celebradas el pasado fin de semana en Washington, han tenido como eje común la constatación del notable crecimiento mundial que se registra en 2004 y que seguirá en 2005. Ambiente de optimismo, pues, pero con una elevadísima dosis de cautela. Las llamadas a evitar la complacencia y a vigilar las alertas han estado a la orden del día.
Una cautela absolutamente lógica habida cuenta de que el precio del crudo lleva meses instalado en los precios más altos de su historia, lo cual ensombrece cualquier previsión de crecimiento económico sólido y continuado. Por ello cobra más sentido si cabe el mensaje que ha repetido hasta la saciedad el flamante director gerente del Fondo, Rodrigo Rato: 'Hay que aprovechar para hacer las reformas cuando la economía está bien y este, por tanto, es el momento'.
Es perentorio, según se han encargado de reseñar los responsables del G7, solucionar problemas como la corrección del déficit estadounidense, convencer a China de que ha de flexibilizar el tipo de cambio o aclarar el futuro de Argentina.
Capítulo al margen merece España. En una entrevista con Cinco Días, el economista jefe del FMI, Raghuram Rajan, estima que el principal problema para la economía española no es el crecimiento del PIB, pese a la discutible contabilización del efecto del precio del crudo, sino la disparatada evolución del mercado de la vivienda. Rajan, al igual que muchos otros expertos, teme el efecto espiral que puede provocar una subida de los tipos de interés. Una advertencia muy particular y específica, pero que se suma a las muchas recetas de cautela que han sido extendidas y recomendadas estos días desde Washington.