Críticas de nuevo a los déficit de la hiperpotencia
El FMI califica de poco ambiciosa la política fiscal de EE UU. Desde esta institución financiera hay preocupación por las repercusiones que puede tener el desequilibro de las cuentas americanas por su papel de locomotora del crecimiento mundial. Es una cuestión doméstica e internacional. El problema es que el FMI no cree que el objetivo del presidente Bush, ahora en campaña electoral, sea 'suficientemente ambicioso'. Bush se ha comprometido a reducir a la mitad el déficit fiscal en cinco años, pero al FMI le parece poco.
El Informe de Perspectivas Mundiales presentado ayer recomienda a EE UU que aumente los ingresos que llegan vía impuestos ampliando, por ejemplo, la base fiscal algo que no está muy en consonancia con el programa de campaña de Bush que aboga por un mayor y permanente recorte de impuestos.
El informe del FMI si señala dos cuestiones. Una positiva: el consumo es dinámico, máxime si se pone en el contexto del resto de Europa donde la demanda interna es lenta.
El FMI se resiste a ser complaciente con otros riesgos que se detectan en esta primavera económica: se pide la corrección urgente y de forma creíble de los desequilibrios fiscales, particularmente en EE UU (por su peso mundial) y que Europa y Latinoamérica sigan reforzando el crecimiento sostenido, además de centrarse en la liberalización del comercio y la reforma de las pensiones.
Dicen en el Fondo que no hay muchas razones para ser optimistas con respecto al ímpetu reformador. 'Hasta ahora el progreso es, en el mejor de los casos, mixto y ha emergido un sentimiento de fatiga reformadora en algunos países'.
Riesgos en la vivienda
El precio de la vivienda preocupa en varios países, entre ellos España, si los tipos suben de forma acelerada en caso de una traslación fuerte del precio del crudo a la inflación. El Fondo señala como países vulnerables a Irlanda, Gran Bretaña y Australia.