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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Un mensaje claro a medio plazo

Los primeros Presupuestos Generales del Estado del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero son mucho más continuistas de lo que hacían presagiar algunos mensajes del Ejecutivo. Pero lanzan un mensaje claro de hacia dónde cree el Ejecutivo socialista que debe encaminarse la economía española: más inversión en I+D+i (25% de aumento), en educación (7,9%) y en infraestructuras (9%), los tres pilares fundamentales sobre los que debe construirse una economía más próspera y eficiente. El proyecto de Presupuestos incluye, además, un aumento del 9,5% en el gasto social, que se sitúa por primera vez por encima del 50% del Presupuesto total. Se cumplen así las dos promesas esenciales hechas por el Ejecutivo cuando anunció que presentaría unos Presupuestos 'sociales y orientados hacia la productividad'.

Los incrementos en las partidas consideradas prioritarias son importantes, pero las cifras absolutas siguen siendo muy modestas, debido a que se partía de niveles muy bajos. Así, el dinero destinado a políticas para facilitar el acceso a la vivienda asciende a menos de 900 millones de euros, a pesar de crecer casi un tercio. El Gobierno central, que cada vez tiene transferidos más recursos y competencias a las autonomías, dispone de poco margen de maniobra para aumentar estas partidas de manera más agresiva sin aumentar los impuestos. Y ésta es una medida que el Ejecutivo de Zapatero no está dispuesto a adoptar, por temor a que produzca un freno en el consumo y en el crecimiento. Y también, claro, por no asumir el coste político que supone cualquier aumento impositivo. En materia de impuestos, Solbes se conforma con elevar un 2% los especiales al tabaco y el alcohol (en línea con el IPC previsto). Y además deflacta la tarifa del IRPF, cumpliendo así otro de los compromisos adquiridos.

Este primer proyecto de Presupuestos es, sobre todo, un primer paso en el difícil y largo camino hacia una economía más productiva y eficiente. En capítulos clave como la inversión en I+D+i o las políticas de acceso a la vivienda, lo realmente importante es movilizar voluntades políticas y recursos del sector privado que acompañen y refuercen la política que propugna el Ejecutivo. Y para conseguir esto no basta con elevar las cuantías que figuran en la ley presupuestaria.

El documento (52 libros, 18.577 páginas y casi 50 kilogramos de peso) toma como base un cuadro de proyecciones macroeconómicas bastante optimista: crecimiento del 3% y equilibrio fiscal en el conjunto de las Administraciones públicas. Un escenario que el vicepresidente Solbes considera 'válido y probable'. Sin embargo, se basa en una previsión del precio del petróleo de 33,5 dólares por barril durante 2005. El Brent lleva dos meses cotizando de manera prácticamente ininterrumpida por encima de los 40 dólares y se acerca peligrosamente a los 50. Si no se modera a medio plazo, las proyecciones presupuestarias podrían descarrilar de manera notable, a menos que nuestros socios europeos salgan al rescate dando un vigoroso impulso a nuestras exportaciones. Por ahora no hay garantías para el escenario más sombrío. Tampoco para el más optimista. Pero sí hay un mensaje claro sobre cómo se quieren asignar los recursos para impulsar un modelo de crecimiento más sostenible a largo plazo.

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