La pesada factura petrolera
El vicepresidente Pedro Solbes presentará hoy unos Presupuestos Generales del Estado para 2005 que prevén equilibrio fiscal y más gasto (educación, vivienda, I+D...) sin subir los impuestos (sólo se actualizarán a la inflación las tasas e impuestos especiales para tabaco y alcohol). Algo que, según el Ejecutivo, será posible gracias al crecimiento del 3% que registrará la economía el año próximo. Sin embargo, dicha previsión se fundamenta en otra que parece cada día más difícil de materializar: un barril de petróleo a 33 dólares.
El crudo Brent alcanzó ayer un nuevo récord al superar los 46 dólares por barril. Y las petroleras empiezan a hablar ya de que cotizará pronto a 50 dólares, con el consiguiente efecto sobre los carburantes. El gasóleo profesional cotiza ya a un máximo histórico de 80,4 céntimos por litro. La gasolina sin plomo 95 se vende a un precio medio de 90,8 céntimos por litro, 0,6 céntimos más que la semana pasada. Transportistas profesionales y agricultores ya están reclamando incentivos fiscales que ayuden a paliar los efectos del alza de los carburantes, pero Solbes ha advertido de que esta medida no está en la agenda del Ejecutivo.
La factura petrolera se empieza a notar también en los precios industriales, que en agosto subieron un 4,4% interanual debido, sobre todo, al alza en refino de petróleo (4,9%) y distribución de electricidad y gas (1,2%).
Hasta ahora, el Ejecutivo ha mantenido la previsión de crecimiento del 2,8% para este año y del 3% para 2005. Pero el propio Solbes reconoce que el objetivo para este año resulta cada vez más difícil de alcanzar. Si el petróleo sigue a este ritmo, puede que también esté en peligro la previsión para 2005. Y desde que superó los 40 dólares el pasado 29 de julio, el Brent sólo ha caído por debajo de esa barrera en dos sesiones. Con lo cual parece que esta banda de precios empieza a convertirse en coyuntural.