Reinventar el modelo turístico
Si hay algo en lo que el Gobierno y las empresas del sector turístico están de acuerdo es en que el modelo de 'sol y playa' está caduco. Durante décadas, la llegada masiva de visitantes que inundaban nuestras costas en verano sustentó una floreciente industria que iba mucho más allá de la hotelera. Restaurantes, bares, tiendas de souvenirs y demás establecimientos comerciales y de ocio se beneficiaban del gasto derivado de este turismo de masas. Sin embargo, la explosión de los paquetes con 'todo incluido' ha hecho que el nivel de consumo de estos visitantes sea apenas residual en muchas zonas. La construcción masiva de establecimientos turísticos y residenciales en las zonas costeras ha reducido sensiblemente el atractivo de estos destinos. Y cada año surgen ofertas más atractivas en países que resultan más baratos y, al menos por ahora, menos masificados.
El 'sol y playa' español ya no puede competir con la seducción de países como Croacia, Túnez o Turquía. Y los datos lo confirman de manera rotunda: la ocupación hotelera cayó un 1,3% en julio y se situó en el 63,3%, colocándose al nivel más bajo en seis años. Un dato que coincidió con un aumento del 1,9% en los precios y del 3,2% en la oferta de plazas hoteleras. Es decir, que el ya largo debate sobre la necesidad de cambiar el modelo de explotación turística parece no haber calado en las empresas, que siguen aumentando la oferta y los precios a pesar de las señales de alarma.
Gobierno y patronal ya están debatiendo sobre los posibles cambios de un modelo que no puede reformarse de la noche a la mañana. Promover un turismo menos masificado y de más calidad es algo factible, como está demostrando Barcelona. Pero para conseguirlo es precisa una transformación radical del sector. Demoler hoteles viejos de la costa para construir otros aún mayores en zonas que están ahora menos masificadas supone, simplemente, trasladar el modelo de 'sol y playa' a los espacios naturales menos explotados, promoviendo su degradación y perpetuando un sistema obsoleto y en el que llevamos todas las de perder.