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Tribuna
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Que aprendan ellos español

¿Nunca ha contemplado con envidia a los nacidos en países anglosajones? Armados de su idioma inglés, viajan por todo el mundo sin aparentes problemas de comunicación. Realmente debe ser un placer participar en una reunión de negocios en la que el idioma nativo es el comodín utilizado para comunicarse.

Una buena amiga mía, alta ejecutiva de una multinacional en Alemania, me comentaba: 'No tienes nada que envidiar, Luis, simplemente tienes que aprender a hablar inglés perfectamente, y ya está'. Una pragmática visión, y excelente desde luego para los intereses de la lengua inglesa.

Esa idea es compartida por el resto de los alemanes. En este momento, el 90% de los jóvenes alemanes dominan el idioma inglés... Por el contrario, sólo el 20% de los jóvenes ingleses declara tener interés en aprender alemán. No lo digo lo digo yo, lo dice un recientísimo estudio del Instituto Goethe.

El interés del español se deriva de la debilidad de otras segundas alternativas, como el francés o el alemán

Para los que somos torpes con otros idiomas nos queda sin embargo un lugar para la esperanza. Los hispanohablantes vemos cómo el resto del mundo se lanza a aprender español. ¿Es eso cierto? Sí. Este nuevo fenómeno va más allá de la moda para convertirse en una tendencia. Y está respaldado por el interés de jóvenes estudiantes de primaria y secundaria de muchos países, en cantidad de millones.

Creo que no es necesario hacer hincapié en el valor económico de este fenómeno. Primero, por el valor directo de la actividad de formación de extranjeros en nuestro país, que representa un mercado de unos 300 millones de euros. Todavía muy lejos de los 3.600 millones de euros que supone la enseñanza del Inglés en Inglaterra, y por supuesto a años luz de lo que implica el aprendizaje de ese idioma en otros países, en miles de academias, escuelas y universidades.

Segundo, por el incalculable valor de realizar una actividad en la lengua nativa. ¿Qué pasaría si el empresario español, tradicionalmente tímido en otros países, se encontrara resolviendo sus negocios en el exterior en su mismo idioma? No sólo en actividades comerciales, sino en tareas de soporte técnico, investigación y transferencia de tecnología, finanzas, planificación y estrategia, etc. Estoy seguro de que el impacto sería enorme.

Desbancar al inglés es una misión hoy imposible, pero conseguir ser la segunda alternativa (como lo ha sido el francés durante algunos años) puede tener tal impacto que es digno de los mayores esfuerzos por parte de nuestra sociedad.

¿Por qué ocurre este fenómeno?, o mejor, ¿por qué los extranjeros aprenden español ahora y no hace 15 años? El mundo hispano ha adquirido una mayor relevancia cultural en los últimos años, pero no así económica.

Las encuestas que realiza el Instituto Cervantes y otras instituciones no resuelven la pregunta, ya que los motivos de aprendizaje identificados (ocio, carrera profesional) son los motivos comunes por los que se aprende una lengua extranjera.

En mi opinión, el interés del español se deriva de la debilidad de otras segundas alternativas, como el francés o el alemán. Paradójicamente, eso se debe a la absoluta preeminencia del inglés, que en su papel de lengua franca es vehículo de comunicación entre las sociedades más avanzadas. Dicho de otra forma, si los franceses y alemanes hablan inglés, ¿qué utilidad tiene aprender francés o alemán?

Así, el resto de occidentales, una vez dominado el idioma inglés, se preguntan, ¿y ahora qué? Y las alternativas son: español, chino, japonés, ruso y árabe (excluyo el hindi, ya que como todo el mundo sabe los indios hablan inglés). Suprimidos el árabe, ruso y japonés, por las escasas expectativas de utilidad, nos queda el chino como idioma interesante y de futuro. Pero de muy difícil aprendizaje, con un escasísimo número de profesores en el extranjero y todavía con ciertos riesgos de país.

Y el español es una alternativa excelente como segundo idioma extranjero. Es una lengua muy extendida y fácil de aprender, con un respaldo cultural tremendo, de carácter occidental y vinculado a zonas geográficas proveedoras de ocio y diversión... y con pobladores que no dominan el idioma inglés.

Así que, por carambola, los hispanos nos beneficiamos del dominio absoluto del idioma inglés, que por supuesto también debemos aprender.

Pero mirando a las demás lenguas podemos darnos el gustazo de cambiar el sentido y el contenido de la frase de Unamuno y decir: ¡Que aprendan ellos!

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