_
_
_
_
CincoSentidos

Vigías contra la deslealtad

La deslealtad contra la empresa en la que se trabaja, la morosidad con clientes o proveedores y el absentismo fingido centran ahora la labor de los detectives en España, una profesión que deja gradualmente a un lado aventuras más glamurosas que el público ha vivido con ellos a través de las novelas y el cine del género negro. 'El mundo de la empresa representa cerca del 80% de nuestro trabajo, mientras que los casos personales y familiares suponen el 20% restante', señala Javier Iglesias, presidente de la Asociación Profesional de Detectives Privados de España.

Y afirma que, pese a que los problemas de convivencia en el ámbito familiar y de pareja son ahora más complicados, la también mayor complejidad de las relaciones industriales y empresariales acapara el trabajo e incluso obliga a ciertas especializaciones. 'La mayor parte de las compañías reconoce que uno de sus principales activos son las marcas y por ello las defienden contra la falsificación y el espionaje industrial', subraya. Y por los datos que tienen estos profesionales, esa lucha no la emprenden sólo las compañías que cuentan con los nombres más emblemáticos y también más atacados, como Rolex, Cartier o Louis Vuitton, sino que la imitación o el robo de ideas puede afectar a cualquier compañía que acometa actividades o productos más o menos innovadores.

Y los datos que las empresas solicitan a los detectives que contratan con ese fin van desde la búsqueda de los lugares en los que se fabrican las marcas falsificadas a los centros donde se almacenan y después se distribuyen: el objetivo es que aporten pruebas para el posterior encausamiento penal. No obstante, como señala Javier Iglesias, al igual que las empresas afectadas son en muchos casos multinacionales, esas redes son grupos internacionales que trabajan de forma coordinada en varios países.

Pero no siempre es así. Algunas veces el problema es más interno y se trata 'del quebranto desde dentro de secretos industriales o financieros', añade. En esa misma línea se pronuncia Miguel Maldonado Caro, director de MC Detectives, quien señala que 'es evidente que las investigaciones laborales o de carácter mercantil en los últimos años han tenido un fuerte crecimiento en las distintas agencias de detectives'.

Al espionaje y fugas de información se ha unido otro tema estrella y con demanda creciente: el absentismo o las bajas fingidas. Y como indica Javier Iglesias, aunque se producen en todo los niveles su experiencia demuestra que en muchos casos se trata de personas que ocupan cargos de relevancia y confianza en su compañía. 'Y en la mayoría de los casos, destaca Miguel Maldonado, las empresas peticionarias tienen razón'.

De lo que los detectives prefieren no hablar demasiado es de sus métodos y herramientas de trabajo, ya sea en la clásica acción de seguir a la persona objeto de la investigación o para la obtención de información a través de sus círculos próximos. Y aunque la tecnología es cada día más sofisticada y el conocimiento de la informática es imprescindible, las cámaras fotográficas y de vídeo son elementos básicos que sirven además para aportar pruebas.

No obstante, pese al protagonismo de los delitos económicos, la lista de problemas personales que llega a estos profesionales es impresionante. Ya no sólo se trata se comprobar presuntas infidelidades, la comprobación de los antecedentes o del verdadero patrimonio antes de contraer matrimonio o de sellar una separación son otros temas que ganan terreno.

Investigar en el siglo XXI

No es una profesión a la que ahora se llegue por vías irregulares o descontroladas, aunque los detectives con licencia oficial luchan contra la existencia de un cierto intrusismo. La regulación actual es relativamente cercana (ley de 1992) y establece la necesidad de contar con una titulación académica para ejercer la profesión.Así, se accede a ella tras haber realizado tres cursos en las universidades que cuentan con centros especializados. Después de la diplomatura, la inscripción oficial se debe realizar en el Ministerio del Interior, que expide la tarjeta de identidad profesional y da un número de licencia oficial, que los expertos recomiendan pedir cuando se contratan sus servicios.La formación que reciben se basa en el conocimiento del derecho y las leyes, aunque también estudian técnicas más específicas de su futuro trabajo, como la dactiloscopia.En la actualidad en España hay entre 1.000 a 1.200 personas que ejercen esa profesión, según señala Javier Iglesias, quien destaca que prácticamente todos los que salen de los centros universitarios encuentran trabajo. 'Y aunque engancha a los jóvenes, es difícil mantenerse en ella durante muchos años dada su dureza', subraya.Por otro lado, las tarifas cuentan con una franja muy amplia y varían en función de la ciudad, la complejidad y las características del trabajo, así como de su duración. No obstante, suelen moverse entre los 45 a los 105 euros por hora.

Más información

Archivado En

_
_