Aflorar el empleo doméstico
Sólo cuatro de cada diez empleadas de hogar cotizan a la Seguridad Social, según han podido detectar los responsables del Ministerio de Trabajo. La encuesta de población activa (EPA) recogía en el segundo trimestre de este año la existencia de casi medio millón de trabajadores del servicio doméstico (el 90% son mujeres) y, sin embargo, el régimen de empleados de hogar de la Seguridad Social sólo cuenta con poco más de 180.000 cotizantes. Esto supone que casi 300.000 empleadas de hogar trabajan en la economía sumergida. Este colectivo de subempleo se ve incrementado por gran parte de las 217.000 personas que trabajan, según la EPA, en el cuidado de personas mayores.
Ante esta evidencia, los responsables de la Seguridad Social quieren tomar cartas en el asunto. Sin embargo, la particularidad de esta bolsa de empleo sumergido hace prácticamente imposible la actuación de la Inspección de Trabajo. Como alternativa, los responsables del Ministerio de Trabajo quieren estudiar la incorporación del régimen de empleadas del hogar bien en el régimen de asalariados o en el de autónomos, tal y como recomienda el Pacto de Toledo.
Sea cual sea el régimen que se elija para albergar a las empleadas del hogar, el sistema de cotización y prestaciones de este colectivo requerirá de numerosos ajustes, porque tanto el régimen general de asalariados como el de autónomos presentan un elevado nivel de cotizaciones que, de aplicarse sin modular a las empleadas de hogar y a sus empleadores (los hogares), serían claramente contraproducentes y aumentarían aún más el subempleo en el sector.
El problema ha sido detectado y el daño para las arcas públicas y para la protección social de las empleadas de hogar es evidente. Ahora les toca a los agentes sociales y al Gobierno idear las fórmulas que incentiven la afloración de esta bolsa de empleo sumergido.