Volatilidad en los emergentes
Las Bolsas occidentales están inmersas desde casi comienzos de año en un continuo vaivén que las tiene confinadas dentro de una banda lateral que, en términos generales, se puede decir que va desde el máximo que hicieron a finales de marzo a un nivel situado un 10% por debajo. Ese tejer y destejer de la rentabilidad se ha trasladado, aunque con una intensidad mayor, a los mercados emergentes de renta variable que, en los meses transcurridos de 2004, reflejan una elevada volatilidad.
Durante los seis meses largos de 2004 las rentabilidades medias mensuales de los fondos que invierten en renta variable de países emergentes han pasado de estar tan altas como el 5,03% del pasado mes de enero a ser tan bajas como las pérdidas del 4,46% del mes de abril. Para el conjunto del período la rentabilidad media asciende a 3,83%, tras cuatro meses con rentabilidades positivas y otros dos (abril y mayo) con pérdidas.
De modo que el resultado, por ahora, no es especialmente malo, habida cuenta, sobre todo, de la tendencia que tienen los mercados emergentes a exagerar los movimientos, y vista su capacidad (comprobada a lo largo de las dos últimas décadas) de terminar transformando una cualquiera de sus crisis en una crisis global.
Al agrupar los fondos que invierten en renta variable de los países emergentes según el área geográfica en la que centran su inversión se observan, sin embargo, comportamientos muy diferentes. Los de renta variable emergente europea obtienen, sin duda, una mayor revalorización en el primer semestre de 2004, con un 15,68%, aunque sus rentabilidades mensuales hayan estado sometidas a los mismos altibajos que los demás. Sorprende comprobar cómo esta clase de fondos se ha mantenido aparentemente inmune a los problemas de credibilidad frente a los inversores por los que atraviesa Rusia por causa del caso Yukos, la petrolera acosada por el gobierno por motivos aparentemente fiscales. Ni siquiera los problemas de liquidez del sistema bancario ruso aparentan haber creado la más mínima inestabilidad fuera del país. El único fondo que se distribuye en España y que invierte en Rusia acumula en el año una rentabilidad de 9%. Esa rentabilidad es, no obstante, el saldo que queda después de restar a la que consiguió en los primeros meses del año, pues registra pérdidas en el segundo trimestre.
La categoría que se ha comportado peor es la renta variable del sudeste asiático (-3,9% en el año) debido, en buena parte, a las exageradas revalorizaciones que tuvieron el año pasado y también, quizá, por el temor a una desaceleración del crecimiento en China que se ha convertido en uno de los dos motores económicos de la zona. De hecho, como reacción a las declaraciones de un miembro del Gobierno chino de que la economía de su país debería empezar a crecer a un ritmo más pausado, se produjo un movimiento vendedor en los mercados de materias primas y también en las Bolsas asiáticas que provocó el que los fondos que invierten en los mercados emergentes del Lejano Oriente sufrieran fuertes pérdidas en el mes de mayo, un 6,31%.
Los fondos de renta variable emergente latinoamericana acumulan ligeras ganancias en 2004, de 1,07%. También en su caso la volatilidad ha sido muy elevada, siendo su mes más negro el de marzo, con pérdidas medias de 7,7%. Desde entonces han recuperado casi todo lo perdido, con un comportamiento muy dispar. México tiene su índice bursátil muy próximo a los máximos del año, pero Argentina que lo tiene más bien cerca de su mínimo anual. Todo ello, como se ha dicho, en medio de una gran volatilidad: desde el máximo al mínimo hay una caída del 19% en el primer caso y de 34% en el segundo.
En cualquier caso, el año de Bolsa que se está viviendo en los países desarrollados está pasando a los emergentes alguna factura distinta de la de la elevada volatilidad. Fundamentalmente se trata de un menor atractivo de la inversión en emergentes a partir del momento en el que los tipos de interés en los EE UU han comenzado a subir. Los últimos datos que apuntan a un menor crecimiento de la economía norteamericana (y también de la de China) no contribuirán en absoluto a una mejora de la situación.
Sin embargo, tampoco hay que temer, por ahora, una crisis del tipo de las que con virulencia estallaron en el año 1997 o 1998. Uno de los salvavidas contra ese tipo de crisis es el que la mayoría de las monedas de los países emergentes flotan en los mercados de cambio, por lo que se pueden ajustar mejor a esta nueva etapa de tipos de interés en ascenso.
Análisis Lecciones de las crisis
l Los mercados emergentes están viviendo este año una situación que en otros momentos podría haber resultado complicada. La causa es la elevación de los tipos de interés del dólar que acaba de iniciarse.l Esta subida de tipos de interés hace menos atractivo el endeudarse en dólares a corto plazo para invertir en otros activos y monedas.l Pero los emergentes parecen mostrarse este año seguros. Ni la crisis de Yukos en Rusia les está afectando en exceso: el único fondo que se distribuye en España y que invierte en Rusia renta casi el 10,5%.