Fondos que no rentan
El crecimiento del patrimonio en fondos de inversión, un 8% en el primer semestre, no oculta que la rentabilidad que está alcanzando la inversión colectiva se encuentra en niveles muy poco atractivos, negativos en términos reales. Un 74% del dinero invertido en fondos ha obtenido en el último año rendimientos entre 0% y 3,4%, que es la inflación interanual de mayo, la última publicada. Si se restaran además las comisiones que cobran las gestoras, la ganancia puede quedar del todo anulada. Sólo un 23% del dinero en fondos obtiene un interés superior al IPC desde julio de 2003.
Estas cifras contrastan con una buena evolución bursátil, con ganancias del 18% en el Ibex en los últimos doce meses. Y significan que, por un lado, los gestores no han estado muy hábiles para aprovechar esa tendencia y que, por otro, las entidades financieras están colocando a sus clientes productos con escaso atractivo dadas las circunstancias. Un buen ejemplo son los fondos garantizados, estrellas de la inversión en los últimos meses, productos que no se benefician de las alzas de la Bolsa, incluso cuando incorporan referencias a algún índice. La preferencia de los clientes por productos financieros de corte conservador es comprensible después de tres años de caídas bursátiles, pero, cuando el mercado lleva más de un año en una senda alcista, ya no es lo más aconsejable.
Mientras tanto, sigue entrando dinero en Bolsa. En el primer semestre se contrataron acciones por valor de 339.705 millones de euros, una cifra récord que supera en un 45% a la del mismo periodo del año anterior. Esto demuestra que el inversor está recuperando la confianza en la renta variable, si bien el dato viene determinado por el papel nuevo colocado en el parqué, como el de Telecinco, protagonista de una de las OPV más exitosas de los últimos años. La subida de tipos de interés en EE UU no ha asustado a los inversores, que ven en esa decisión una confirmación de la recuperación económica global. El contexto es favorable a la inversión capaz de asumir riesgos razonables.