La zona euro no es Estados Unidos
La jornada de ayer, tan esperada por analistas, economistas y estrategas, confirmó las predicciones a las que se había agarrado la práctica totalidad del mercado. La Reserva Federal subió los tipos un cuarto de punto, hasta el 1,25%, rompiendo con una racha de flexibilidad que ha durado cuatro años.
Hoy le toca el turno al Banco Central Europeo, que en su reunión de mediodía decidirá si actúa o no sobre los tipos de interés de la zona euro. En principio, y si el mercado no se equivoca, es bastante improbable que la autoridad monetaria europea mueva ficha, porque ni el BCE es la Reserva Federal, ni Estados Unidos es Europa. El momento del ciclo de ambas economías es bien diferente en la actualidad.
En un amplio informe sobre la economía europea hecho público ayer, Merrill Lynch describe la recuperación de la zona como 'perezosa' y guiada por las exportaciones. El banco de inversión destaca las señales contradictorias que la economía ha estado dando en los últimos meses, aunque reconoce una consistencia en la recuperación del sector industrial.
A diferencia de la Reserva Federal de EE UU, el objetivo del Banco Central Europeo no es tanto fomentar el crecimiento como vigilar la inflación. Y ésta creció hasta el 2,5% en mayo en la eurozona, pero parece que se ha desacelerado una décima en junio. La inflación actual obedece, en gran medida, a los altos precios del petróleo.
Pero como señala Merrill Lynch, el BCE no se fija en la inflación presente sino en sus expectativas y, en ese caso, el consenso del mercado espera cierta relajación de cara a 2005.
Con estos y otros datos sobre la mesa, para la reunión de hoy se espera que la entidad mantenga los tipos en el 2%. Se especula, incluso, con la posibilidad de que permanezcan en ese nivel hasta 2005.
De lo que no cabe duda es de que el sentimiento ha cambiando con respecto a hace meses, cuando se planteaba la posibilidad de que el BCE incluso bajara los tipos. Y aunque EE UU no es Europa, sería muy sorprendente que subieran los tipos a un lado del Atlántico y bajarán al otro.