El apagón de Endesa
La complejidad del sistema eléctrico y su método de retribución hacen difícil analizar y enjuiciar situaciones como la de los apagones que en estos días sufre Sevilla. Compararlos con los registrados en Estados Unidos o Italia el año pasado es erróneo e injusto, pero minimizar la situación, considerando estos cortes de energía como 'incidentes', tal como los ha calificado el presidente de Endesa, es un insulto a los consumidores que los están soportando. Porque no es necesario que las interrupciones sean masivas y prolongadas para que las empresas de un sector regulado y el Gobierno sientan bochorno. Los apagones no están relacionados con la producción, sino con las deficiencias de las redes de distribución de baja y media tensión, que se hacen notables cuando se dispara la demanda. Ha llegado la hora de acelerar lo que se considera la solución: fijar una metodología para retribuir la distribución y que se prime la calidad del servicio.