Llegan los ajustes a las finanzas de los hogares
Los analistas creen que la subida de tipos no se notará en los hogares de EE UU hasta fin de año. Pero el ajuste llegará. Los mercados ya lo han anticipado y en los países emergentes toman nota.
Retirar el estímulo monetario es una operación delicada. La mayor parte de la ansiedad en EE UU la vivirán los pequeños negocios que necesiten inversión y, sobre todo, los hogares de clase media que han aprovechado el dinero barato para disparar su endeudamiento y embarcarse en la compra de viviendas. La Reserva Federal (Fed) asegura que no hay burbuja inmobiliaria, pero los precios han subido este año un 7,3% y pocos comparten la teoría de la autoridad monetaria.
El alza en el precio del dinero se trasladará a la banca comercial que subirá sus tipos, que han estado al 4% durante un año, el nivel más bajo en cuatro décadas.
Algunos expertos mantienen que el empleo nuevo es de mala calidad
Los analistas no esperan que el cambio en la política monetaria llegue a los consumidores hasta el último trimestre del año. En buena medida, la confianza de éstos avala la tesis pues se ha disparado cuando el mensaje del fin del dinero barato estaba ya mandado.
Pero la fortaleza de los consumidores no está asentada. Dos consultoras norteamericanas (el Centro de Estudios para el Cambio del Sistema de Salud y la Sociedad para la Gestión de los Recursos Humanos) acaban de presentar sendos estudios en los que se advierte que los salarios y los beneficios sociales que se recortaron durante la crisis no se han restaurado y que una de cada siete familias no puede pagar la factura médica en EE UU.
Por su parte, el Instituto de Política Económica mantiene que los 1,2 millones de empleos creados en los últimos cinco meses son de baja calidad y que los salarios sólo han crecido un 0,8% cuando en pasadas recuperaciones la subida media era del 12,3%.
El economista y premio Príncipe de Asturias 2004, Paul Krugman, asegura a este periódico que la mejora del mercado laboral esta siendo 'muy mediocre'. La expectativa pasa por que la tasa de paro siga en el 5,6% durante varios meses más, en espera de que se incorporen nuevos trabajadores que han abandonado el mercado laboral.
Por otra parte, los mercados llevan semanas anticipando el alza de tipos. Analistas y operadores están más pendientes del siguiente escenario (subida gradual o no), en parte porque creen que la Fed es más optimista que ellos con respecto a la inflación.
En el mercado de bonos ya se ha dado el peor trimestre (abril y junio) en 24 años, en rentabilidad. Y es que viendo venir la subida muchas empresas emitieron bonos antes de haberlos necesitado por lo que en este año ha bajado la colocación en el mercado. Eso sí, se espera que los inversores internacionales valoren el atractivo de los bonos del Tesoro, una buena noticia para el elevado déficit por cuenta corriente.
Una de las peores partes se la llevarán los países en desarrollo con alta deuda. 'Los tipos de interés se magnifican en Latinoamérica y me preocupa el efecto en Brasil', señala Krugman, que no obstante no prevé una crisis como en 1994. 'Se ha aprendido mucho para saber encajar estas subidas'.
Onda expansiva de alcance
1 Los bancos centrales, del mundo han estado pendientes durante semanas del mensaje enviado ayer por la Fed. Subidos los tipos en Estados Unidos, las autoridades monetarias sentirán la presión para seguir el camino marcado por Alan Greenspan en la primera economía del mundo. Los mercados de acciones y bonos y la apreciación de dólar de las últimas seis semanas deja pocas dudas con respecto a ello. Países emergentes con alta deuda como Brasil, Argentina y Turquía tendrán problemas para cuadrar créditos o refinanciar. Sólo el Banco Central Europeo (BCE), que gobierna en economías de menor crecimiento; y el Banco de Japón, pueden escapar de alguna forma de esta presión de la Fed.
2 El dólar tuvo ayer un día a la baja frente a las principales divisas, a la espera del comentario de la Reserva Federal sobre el futuro de los mercados internacionales. Su apreciación depende, en gran medida, de la capacidad para nivelar en el futuro una política fiscal descompensada e inconsistente con el crecimiento económico actual (3,9% en el primer trimestre). No obstante, los operadores de los mercados aseguran que cuanto más positivo sea el mensaje de la Reserva y más se apunte a una subida de los tipos de interés más apoyo tendrá el billete verde. El dólar pide más subidas.