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CincoSentidos

'He pensado dejarlo, pero sólo 20 segundos'

José María Olazábal regresó ayer al escenario donde perdió toda su magia golfística. El jugador de Hondarribia ha elegido el Abierto de Francia para reemprender la competición después de tomarse tres semanas de reflexión durante las que prácticamente no ha tocado un palo de golf.

'He pensado en dejar el golf, pero afortunadamente, cuando esta idea asoma en mi cabeza, no dura más de quince o veinte segundos. Tengo ganas de luchar y seguir hacia delante. Estoy convencido de que esto pasará', sentencia Olazábal.

Han pasado dos años desde aquel Abierto de Francia de 2002. Olazábal llegó al torneo como defensor del título. Venía de Estados Unidos, donde acababa de ganar el Buick Invitational tras una racha de seis top 10 en siete torneos. Era el máximo favorito y así lo demostró hasta la última vuelta, cuando, de repente, empezó a acumular golpes y más golpes hasta que se le esfumó un título que tenía en el bolsillo.

Desde entonces, Olazábal, doble ganador del Masters (1994 y 1999), no ha vuelto a ganar. Se rompió una racha de seis años seguidos de victorias. Considerado uno de los mejores jugadores del mundo, el vasco no ha parado de ver cómo pierde puestos en la clasificación mundial, una situación comprometida que le impide disputar el próximo British Open si antes no consigue plaza en la fase clasificatoria que disputará la semana que viene.

'Hay que ser valiente y yo no me asusto. He visto a grandes campeones disputar las fases previas para conseguir su plaza', confiesa desde París, una ciudad en la que ha estado en muchas ocasiones y de la que no conoce prácticamente nada. Su vida sólo gira alrededor del golf y, en estas tres semanas que ha estado de descanso, ha elegido la jardinería para distraerse en su casa junto al Real Club de Golf de San Sebastián y ha aprovechado para visitar las obras de la remodelación que lleva a cabo en el recorrido de Pula Golf (Mallorca), escenario del torneo Turespaña Mallorca Classic del circuito europeo.

'Es una cuestión técnica, nada más', dice Olazábal, que no quiere oír hablar de psicólogos. No sabe qué suerte le aguarda esta semana en París, pero, según acabe, puede salir reforzado o más tocado: 'No me afectará demasiado. Las expectativas no pueden ir más allá porque apenas he entrenado, pero tengo ganas de jugar y eso es lo que importa', aclara.

Tiger Woods cambió las formas y costumbres

Olazábal se dio cuenta de que con la llegada de Tiger Woods el mundo del golf iniciaba un cambio radical de formas y costumbres, desde la preparación física a la técnica. Se apuntó a lo mejor, hizo un esfuerzo para no descolgarse de la élite como no ha hecho nadie, ha trabajado junto a Butch Harmon, el creador del swing del mismísimo Woods, pero las cosas no le salen como era de esperar.Este año sus resultados siguen atrapados en una mediocridad impropia de quien los protagoniza, pero él quiere darse otra oportunidad. La suerte tampoco le ha acompañado, inició la temporada en EE UU con un juego excelente, hasta que un herpes frenó su proyección y le obligó a retirarse de un torneo (FBR Open) y a jugar por debajo de sus posibilidades el siguiente (AT&T National Pro Am). El 30 de mayo, tras el Volvo PGA, decidió no viajar a Estados Unidos, donde le aguardaba la previa del US Open.Unas molestias en las cervicales le recomendaron descanso, un reposo que tenía que ayudarle en su oxigenación tras 19 años de carrera como golfista profesional y que se pondrá a prueba en París.

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