El efecto de China en la economía global
La evolución de la economía china tiene ya gran repercusión sobre el resto de la economía mundial. La autora analiza cómo el país asiático se ha convertido en el principal receptor de inversión directa extranjera y en un importante comprador de activos financieros de EE UU y Europa
La economía china ha pasado de ser una gran desconocida a ser una habitual en los foros económicos internacionales. Se ha especulado en ocasiones con los posibles efectos que tendría que abandonara su sistema de tipo de cambio fijo con el dólar. Pese a que todavía han de acometerse gran cantidad de reformas estructurales y de liberalización, la mayor participación en los mercados internacionales de una economía cuyo PIB representa más del 12% del total y crece a tasas superiores al 9% interanual ha de tener un impacto claro sobre diversas variables, tanto financieras como económicas a nivel global.
Desde que se iniciaron las reformas en los años ochenta, China se ha convertido en el principal receptor de inversión directa extranjera (IDE), absorbiendo más de un 30% de la dirigida a las economías en vías de desarrollo, y desbancando a Brasil como destino de los capitales.
La fuerte afluencia de capitales hace que el país asiático pueda contrarrestar cualquier posible ataque contra su divisa
En promedio de 2003, la IDE en China creció más de un 10%, y en los tres primeros meses de 2004 acumula un crecimiento del 8% interanual. Esta fuerte afluencia de capitales explica que las reservas internacionales de China alcancen en marzo máximos cercanos a 440.000 millones de dólares (más de un 4% del PIB), un volumen de reservas que, entre otros, permite que se mantenga el sistema actual de tipo de cambio, ya que China pueda contrarrestar cualquier posible ataque contra el yuan.
Sin embargo, y aprovechando la mayor integración de la economía china, el mantenimiento de los niveles actuales del yuan se ve reforzado por otra serie de medidas. De hecho, y para emplear el elevado ahorro privado del que disfruta su economía (el superávit corriente representa un 2,9% del PIB) el Gobierno chino está ganando posiciones como comprador de activos financieros de Estados Unidos. Así, en la última década ha pasado prácticamente de no ser nada, a absorber casi un 3% del total de los activos financieros vendidos por Estados Unidos, mostrando una predilección especial por los títulos de renta fija.
También significativa ha sido la demanda de activos financieros europeos, como pone de manifiesto que las autoridades chinas hayan anunciado en varias ocasiones su intención de reducir el porcentaje que el dólar representa en su cartera de reservas y otorgar un peso significativo al euro. Por tanto, la fuerte demanda de activos financieros por China, con el propósito de mantener depreciado el yuan, puede ser uno de los elementos que contribuya a mantener los tipos de interés, sobre todo de los instrumentos con vencimientos más cortos, en referencias tan bajas tanto en Estados Unidos como en la zona euro.
Pero también importantes son los efectos que el desarrollo de la economía china puede tener sobre el resto del mundo a través del canal de comercio, sobre todo en un momento como el actual en el que el yuan se encuentra fijado con un dólar claramente depreciado. En este sentido hay que destacar que el uso intensivo de mano de obra en el sector manufacturero chino hace más competitivos estos productos en el mercado internacional, beneficiando a los países compradores de este tipo de productos. La otra cara de la moneda es el perjuicio que sufren las economías que compiten con China en este tipo de productos en los mercados internacionales.
El enfriamiento del impulso de la demanda interna china por la aplicación de la política monetaria restrictiva, que está comenzando a aplicar su Banco Central para evitar un sobrecalentamiento de la economía, tendrá un claro impacto sobre la evolución de los flujos comerciales. Si consideramos el efecto que el crecimiento de China tiene sobre el resto del mundo a través del canal de comercio, son los sectores de vestido y calzado y la producción de manufacturas intensivas en mano de obra los principales perjudicados por la mayor presencia china en los mercados internacionales.
Por su parte, los sectores primarios y los servicios se verían altamente favorecidos por una mayor demanda impulsada por el mercado interior de China. Pese a que este último efecto es claramente positivo, en términos netos el balance que resulta no es tan alentador, siendo las economías en vías de desarrollo las grandes perdedoras.
Es evidente que la evolución de la economía china tiene importantes efectos sobre el resto de la economía mundial, esta influencia se regirá por los mismos parámetros durante bastante tiempo. La persistencia de un sistema con una fuerte presencia del Estado en la mayor parte de las esferas de actividad, sumado al fuerte control de capitales que aún persiste pese a las reformas acometidas, anula lo posibilidad del abandono de la convertibilidad en el medio plazo.