Mar de fondo energético
La noticia de que Gas Natural puede estar planeando la creación de una gran alianza estratégica con Endesa y Aguas de Barcelona ha conmocionado a la industria energética, a los mercados y, aparentemente, también al Gobierno. Los expertos aseguran que esta triple alianza, encabezada por La Caixa como primer accionista de Gas Natural y de Aguas de Barcelona, es una posibilidad entre las varias que se barajan en el sector. Y creen que la entidad catalana, que ha construido el mayor grupo industrial del país, jugará tarde o temprano un papel protagonista en el diseño del futuro mapa energético español.
No es la primera vez que se plantea una gran fusión en el sector. En los años de gobierno del PP se frustraron cinco operaciones de gran calado, y ahora está por ver si este mar de fondo, agitado desde el cambio de Ejecutivo, cristaliza en una o varias operaciones concretas. Las quinielas son incesantes en el sector y el mapa está abierto.
Lo que nadie parece cuestionar es que una operación de este tipo es más imaginable con el nuevo Gobierno. Mientras la que se ha dado en llamar doctrina Rato se basaba en un apriorístico 'no' a las fusiones para evitar la reducción del número de operadores, los responsables del actual Ejecutivo se han mostrado dispuestos a no interponerse ante planes de fusión de empresas privadas. Eso es lo que cabe esperar del Gobierno. Pero sólo eso. Las empresas interesadas han de presentar y defender sus planes (si los tienen) ante sus accionistas y superar las trabas legales y regulatorias. De concretarse la operación, será la primera vez que se pone a prueba el sistema bajo este Ejecutivo. Una prueba decisiva. Para el Gobierno, obviamente. Pero también para algunas empresas que creen contar de antemano con el viento a favor. La palabra, al final, la tendrán el regulador y los accionistas.