Savater reinterpreta a Dorian Gray
Dorian Gray buscaba la inmortalidad y mataba por ella. Pero los traumas psicológicos que le causaba esta actitud no se reflejan en su rostro, sino en el retrato que su amigo el pintor Basil hizo de él. Así se podría resumir el argumento de El retrato de Dorian Gray, 'un drama fantástico sobre la culpa y la inocencia, que no deja de recordar El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, publicada por Stevenson cinco años antes'.
Con estas palabras explica Fernando Savater, responsable de la nueva versión teatral del libro de Oscar Wilde, el espectáculo que puede verse en Sevilla entre el 25 y el 30 de mayo. El Teatro Lope de Vega alberga así el estreno nacional de una obra que estará en junio en Ourense y Alcalá de Henares (Madrid) y en julio en Las Palmas de Gran Canaria.
La versión está dirigida por María Ruiz y es una producción de los veteranos Juan Manuel Garrido y Juanjo Seoane. Los papeles principales estarán interpretados por el joven Eloy Azorín como Dorian Gray; Juan Carlos Naya, como lord Henri Wotton, y José Luis Pellicena, como el pintor Basil.
La escenografía, en manos de Alfonso Barajas, tendrá un papel destacado para mostrar con la mayor fidelidad posible -éste es el objetivo de Fernando Savater- el descenso a los infiernos de un apuesto joven que decidió subcontratar un cuadro para que acumulara sus miserias.