Problemas de pérdida de productividad de la economía
Un rasgo a destacar sobre el mercado laboral español es que el crecimiento del empleo, del 2,7% en 2003, ha superado, por tercer año consecutivo, el aumento del PIB real, que fue del 2,4% en ese año. Si relacionamos el crecimiento del PIB con el empleo en los últimos 18 años y estimamos una recta de refleje esa relación, vemos que en los puntos que asocian a los últimos tres años (2001, 2002 y 2003) están claramente a la derecha de la recta, lo que indica que el empleo está creciendo más de lo que podría esperarse por la evolución del PIB.
La incorporación masiva de los inmigrantes, el mantenimiento de la bonanza del sector constructor, intensivo en mano de obra poco cualificada, el buen comportamiento de los salarios y el nivel históricamente bajo de los tipos de interés ayuda a explicar este hecho.
Sin embargo, también está apuntando a una pérdida de productividad global en la economía española, siendo el motor de crecimiento el aumento de la fuerza de trabajo. Este hecho encierra un peligro estructural, ya que el crecimiento potencial de una economía se sustenta, principalmente, en los aumentos de la productividad. Precisamente, lo que permite aumentar el empleo y la productividad del trabajo simultáneamente es lo que se conoce como la productividad total de los factores, es decir la capacidad de aumentar la cantidad de producto que se obtiene con una misma cantidad de factores.
En los tres primeros años del nuevo siglo, ésta ha caído un 0,1% anual, y se produce una sistemática divergencia con el conjunto de la UE, que entre 2000 y 2003 ha sido de -0,3 puntos.