El FMI alerta del impacto del déficit fiscal de EE UU en la economía mundial
Al FMI le preocupa EE UU. Mientras la Administración Bush y Wall Street celebran los datos que verifican la recuperación económica, este organismo no aparta la vista del déficit presupuestario para señalar que, si se mantienen los actuales números rojos, las implicaciones adversas llegarán a todo el mundo. El FMI pide al Gobierno 'más ambición' que la mostrada hasta ahora para reducir el déficit.
Los economistas del FMI creen que 'con el actual plan', salir de esta situación va a ser, en el mejor de los casos, un proceso muy gradual. En el informe de previsiones económicas mundiales, que el FMI publicará en su totalidad la semana que viene, los expertos piden más ambición porque, aunque como recuerdan en su informe el presidente George Bush ha prometido reducir el déficit a la mitad en cinco años, el compromiso da por sentadas hipótesis que califican 'críticas' como que suban los ingresos fiscales, no se reformen una serie de impuestos, no haya mayores costes en Irak y no suba el gasto.
El FMI deja caer la duda sobre el cumplimiento de tantas premisas y avisa que de no contenerse el gasto, el déficit se mantendrá en los actuales niveles con respecto al PIB durante la próxima década. La consecuencia de no poner coto a los números rojos, es que 'se puede reducir el PIB en EE UU un 3,75% en el largo plazo y un 4,25% en otros países industrializados'. La salida gradual del déficit, 'del tipo que la administración prevé en el presupuesto de 2005,' aseguran los economistas, 'da una respuesta similar al peor escenario'.
'Puesto que las economías del mundo y la de EE UU están en el camino de la recuperación, una retirada del estímulo fiscal en los próximos años de forma que se preste la debida atención a los incentivos al trabajo y a la inversión en EE UU, parecería ser una forma sensible y prudente de equilibrar a corto y largo plazo los objetivos económicos', se sugiere. Desde el Fondo se cree que un prolongado y alto déficit ampliará los desfases en la cuenta corriente de EE UU, incrementará la deuda neta, erosionará el valor del dólar y terminará por afectar el consumo del país, que es el motor de crecimiento. Adicionalmente, se advierte que se reduciría el margen de maniobra para futuras crisis.
Si no se reduce el déficit, puede contraerse el PIB en EE UU un 3,75% y un 4,25% en otros países industriales
Los economistas del FMI, que ya avisaron de las adversas consecuencias del déficit en enero, piensan que no hay mucho tiempo para corregir la situación y que además la tarea será más dura que nunca pese a que la economía de EE UU se muestre más fuerte. El motivo es que las presiones sobre el presupuesto crecerán por la llegada a la edad del retiro laboral de los baby boomers a partir de 2012 y por las previsiones de una mayor longevidad.
La inflación apoya la subida de tipos
Las señales apuntan al verano. Cada vez más analistas creen que la Reserva Federal subirá tipos en agosto y posiblemente un 0,25%. Aunque aún se cree que hay que esperar a que se confirme el cambio de tendencia del mercado laboral que se intuye desde marzo, las cifras sobre la inflación del pasado mes publicadas ayer animaron la apuesta por agosto como fecha clave.Según el informe del departamento de Trabajo los precios al consumo subieron un 0,5%, lo que supone el cuarto mes consecutivo de alzas. El incremento de los costes de energía pero también transporte, sanidad, vestido y alimentación han hecho posible este aumento que ha dejado cortas las previsiones. La inflación subyacente creció un 0,4%, el mayor aumento en dos años que deja el porcentaje interanual en el 1.6%. En lo que va de año, se puede afirmar que se produce la despedida de la desinflación a la que ha hecho referencia el equipo de Alan Greenspan durante meses. La inflación crece a un ritmo del 5,1% (5,4% en el primer trimestre de 2003) pero la subyacente lo hace al 2,9% frente al 1% del mismo periodo del año pasado.