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Tabaco

El tabaco se va de turismo fiscal por Europa

Ahorre hasta el 60% en sus cigarrillos... ¡de forma completamente legal!' anuncia en grandes letras la página web Tobaccospain.com (Tabaco de España) destinada a fumadores del Reino Unido. Similares son los reclamos en tobaccofromspain.com y day-tripper.net (viajero al día): aprovechar las enormes diferencias fiscales del tabaco, y por tanto de los precios finales, entre países europeos para ofrecer '800 cigarrillos por 180 euros' y la propuesta de enviar a casa del cliente la cantidad deseada de cajetillas en menos de 24 horas. Un negocio redondo: fácil, sin riesgo y con altos beneficios, que ha crecido de forma exponencial a la sombra de una de las mayores industrias españolas, la del turismo.

El tabaco se compra de forma legal en España, donde los cigarrillos son mucho más baratos, y se vende en países con precios mucho más elevados. Son los turistas británicos y franceses los que en mayor medida explotan el filón. La dependienta de un estanco ubicado en el centro de Marbella, que prefiere no ser nombrada, cuenta como los turistas 'principalmente ingleses' han llegado a adquirir en su establecimiento 'tres o cuatro cajas, que tienes 25 cartones cada una' y las introducen sin problemas 'en maletas enormes, de un tamaño como si me fuera un mes a Cuba' dice con ironía. 'Algunos reconocen que tiene negocios en Inglaterra, como restaurantes o bares, y se los llevan para venderlos allí y hacer negocio, pero la mayoría dicen: para la family, para la family' narra esta vendedora.

Una sencilla cuenta no deja lugar a dudas. Mientras que una cajetilla de Marlboro cuesta en España 2,5 euros, los consumidores británicos tienen que desembolsar 6,6 euros y los franceses, 5 euros. Es decir, un turista del Reino Unido en España que compre en cualquier estanco un cartón de tabaco, que contiene 10 cajetillas, puede ahorrar 41 euros. Si en lugar de un cartón, la cantidad se eleva a 10, fácilmente transportable sin levantar sospechas, el viajero engrosa 410 euros. Es el llamado turismo fiscal, un fenómeno que ya se observaba en Europa y que recientemente se ha disparado en España, especialmente tras la subida del 40% en los impuestos sobre el tabaco llevada a cabo en Francia el año pasado.

No hay estimaciones fiables del tabaco que sale de España, pero sí algunos indicios, como el crecimiento espectacular de las marcas de cigarrillos británicas vendidas en nuestro país. Tres de las enseñas con más éxito en Reino Unido, Lambert & Butler, Superkings y Benson & Hedges registraron en 2003 aumentos en las ventas en el mercado español del 53,7%, 64,4% y 23%, frente al crecimiento medio del segmento de cigarrillos rubios del 6,1%, según la revista El Fumador.

Los estanqueros confirman, aunque sin datos concretos para este año, la tendencia al crecimiento en las ventas de marcas extranjeras, pero critican que se deba a la presión impositiva de otros países. La Unión de Asociaciones de Estanqueros, asociación mayoritaria, considera que 'las subidas excesivas de este producto legal no llevan a ningún sitio, ya que sólo fomenta su contrabando'.

Límites borrosos

Los turistas aprovechan además que la legislación no es muy estricta. Los límites para el transporte de tabaco son difusos, máxime teniendo en cuenta el derecho a la libre circulación que rige la Unión Europea. La normativa europea viene marcada por una directiva de la Comisión, que no establece ninguna cantidad concreta máxima para transportar tabaco de un país a otro y deja que cada estado miembro fije las especificaciones. Según la agencia tributaria, en España el límite está en que el tabaco trasladado no tenga como finalidad actividades comerciales. Como referencia, se establecen cantidades máximas, a partir de las cuales, siempre que confluyan otras condiciones, se podría abrir expediente. Las cantidades marcadas por la ley española son 800 cigarrillos, 200 cigarros y un kilogramo de los restantes tipos de tabaco.

'En la práctica', dicen fuentes de aduanas, 'las cantidades son sólo orientativas', por lo que no se suele requisar tabaco incluso si se superan los límites 'siempre y cuando el viajero asegure que los cigarrillos son para su consumo y no se demuestre, por poner un ejemplo, que tiene una tienda de venta de tabaco en su país'. Estas fuentes recuerdan que los turistas que compran en España tabaco 'pagan aquí los impuestos'.

Por ello, son las autoridades de los países receptores las más interesadas en combatir la actividad. En Reino Unido, la ley indica que la cantidad máxima que puede introducirse en el país procedente de otros estados miembros es de 3.200 cigarrillos, 16 cartones. Según datos de la oficina a aduanas en 2003 se confiscaron 1.900 millones de cigarrillos y se desarticularon 87 bandas dedicadas al contrabando a gran escala.

'Un sueldo extra'

Los estancos ubicados en la costa mediterránea y en las zonas fronterizas con Francia, como las provincias de Huesca, Lérida y Gerona, son los que reciben mayor afluencia de turistas. La subida del 40% en los precios de las cajetillas en el vecino del norte ha atraído a un mayor número de clientes ingleses, que antes realizaban sus compras en aquel país a través del Canal de la Mancha. En temporada alta, es tal la avalancha de turistas, que en algunos establecimientos pasan de tener un dependiente a contratar cuatro o cinco más.La cantidad de vuelos chárter desde Reino Unido y los bajos precios de los billetes, que en ciertos casos no superan los 100 euros, son caldo de cultivo para los viajes.Otros, como el caso de Mary, que trabaja de azafata en Brighton, al sur de Inglaterra, aprovechan viajes de trabajo. Ella reconoce que compra tabaco en sus viajes a España para 'venderlo más barato a los conocidos' y de paso 'sacar algo de dinero'. Cada vez que viaja a España, dos o tres veces por semana, compra cuatro o cinco cartones para 'un sueldo extra'. Las marcas más cotizadas en su círculo son Benson & Hedges, Marlboro Lights, Drums y Golden Virginia.

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