La colonia nómada de los tejados
Al contemplar los fríos tejados de Berlín, el diseñador Werner Aisslinger tuvo una idea cuanto menos llamativa: colonizarlos. La falta de espacio en las ciudades y la creciente movilidad en el mercado laboral le dio pie a imaginar una sociedad nómada que encontraría la horma de su zapato en Loftcube, un cubículo acristalado, de madera y PVC de 36 metros cuadrados, mitad rulot, mitad casa y con las vistas de un mirador urbano.
Ciudades como Amsterdam o París han lucido en sus tejados el experimento arquitectónico desde que se presentara en mayo del año pasado. Ahora descansa en lo alto del edificio de Universal Music en Berlín. En España, el estudio de interiorismo Studioroomadrid ha asumido la tarea de promocionar esta peculiar casa modular que cuenta con baño, habitación y cocina en un solo espacio dividido por paneles.
Francisco Polo, director creativo del estudio madrileño, proyecta traer la estructura para promocionarla en el festival Sónar o en la pasarela Cibeles. Este interiorista apasionado del diseño nórdico reconoce que la viabilidad de que el Loftcube cuaje en España como opción habitable es improbable. Polo considera que el futuro del proyecto pasa por su instalación con fines promocionales. 'Una marca que utilice Loftcube como reclamo para su imagen', explica.
El arquitecto Álvaro Maldonado, responsable de Relaciones Exteriores del Colegio de Arquitectos de Madrid, asegura que es 'interesante desde el punto de vista experimental, porque gracias a estos proyectos avanzamos'.
Maldonado considera 'inviable' que el ayuntamiento de Madrid conceda una cédula de habitabilidad a una estructura como ésta. 'En España las azoteas no son habitables'. Confiesa que puede tener sentido pedir un permiso especial para instalarlo en un tejado como elemento promocional. Otra opción es que un inversor se decida a construir una urbanización de cubos prefabricados directamente sobre el suelo.
La casa Farnsworth, construida entre 1946 y 1951 por Mies Van der Rohe, es la referencia directa del Loftcube. 'Es un concepto muy americano', opina Maldonado, por su carácter móvil, prefabricado y la falta de intimidad. La estructura levantada del suelo (apenas 1,20 metros) por cuatro patas recuerda a aquella arquitectura hecha en suelo estadounidense entre los cincuenta y sesenta del siglo XX. 'Viviendas modulares e inteligentes son el futuro del urbanismo. La sociedad moderna tiende al nomadismo', auguran Francisco Polo y Markus Herchet desde el Studioroomadrid.
En la línea de estos espacios nómada, Snowcrash, la habitación inflable de la casa de diseño sueca Ofecct, insiste en el concepto de espacios móviles, especialmente atractivos para promociones de vanguardia.
El espacio donde se instale un Loftcube debe soportar 1,5 toneladas por metro cuadrado. El precio de este capricho cúbico está en torno a los 55.000 euros.
El propio Aisslinger se lanza a cuestionar si la colonización de tejados está al alcance. Para acercarse al mundo Loftcube: www.studioroomadrid.com