Alerta sobre el riesgo de quiebra del sistema sanitario de la vejez de EEUU
El Medicare, el programa de atención médica a la tercera edad recién reformado por George Bush, estará en quiebra en 2019, según los fideicomisarios de este programa. Con esta previsión se adelanta siete años la fecha de insolvencia del Medicare con respecto a las estimaciones hechas antes de la reforma. El crecimiento disparado de los costes médicos desde 1998 es una de las razones. La subida también perjudica la reactivación del mercado laboral.
Los técnicos creen además que este mismo año los gastos del Medicare serán mayores que los ingresos y el programa acelerará su déficit a partir de 2010 cuando lleguen a la jubilación los hijos del llamado baby boom.
Aunque la reforma, aprobada el año pasado por el Congreso, no se pone en marcha completamente hasta 2006, las cifras que manejan los fideicomisarios hablan de un deterioro acelerado de la situación no solo por el creciente coste médico, al que no se pone coto y se acelera por el envejecimiento de la población, sino también por los menores ingresos que financian este servicio y la inclusión de parte del pago de las recetas médicas como contempla la reforma. Esta provisión fue presentada como un éxito del actual Gobierno.
Los fideicomisarios son tajantes: la nueva ley que Bush firmó en diciembre 'plantean serias dudas sobre la sostenibilidad del Medicare bajo las actuales condiciones de financiación'.
El partido republicano ha presionado por esta reforma cuya piedra angular es el mayor papel de las aseguradoras privadas, sobre todo en la negociación de los precios de las medicinas con las farmacéuticas. Según Bush, esto ayudará a controlar los costes a largo plazo. En el momento del debate sobre la reforma, el Gobierno cifraba oficialmente el coste del programa en 400.000 millones para la próxima década. La oficina técnica del Medicare manejaba unas cifras más cercanas a los 535.000 millones. Para Bush el mayor problema son los costes a los que tienen que hacer frente los médicos en caso de ser demandados por negligencia lo que eleva la prima de los seguros de responsabilidad que éstos tienen que pagar.
Por dispares que sean los análisis la conclusión que dan las cifras son las mismas: el gasto médico en EE UU se ha multiplicado rápidamente desde finales de los noventa. Según los últimos datos oficiales, en 2002, supusieron el 14,9% del PIB (5.452 dólares en gasto per capita) cuando en 1970 era el 7% (1.300 dólares per cápita). Este alza también ejerce una fuerte presión en las empresas. En el último Libro Beige, la Reserva Federal decía que el empleo ha crecido 'lentamente; los salarios se han incrementado poco pero los empleadores aseguran que hay sustanciales incrementos de los gastos de salud'.
Nueva carga para las empresas
Las primas de seguro privado sanitario que pagan las empresas han subido una media un 42% en los últimos tres años. En 2003 la subida fue de un 13,9% para las empresas grandes y un 15,6% para las de menos de 300 empleados), según la Kaiser Family Foundation, una consultora especializada que especifica que por empleado individual el gasto anual medio es de unos 3.400 dólares por trabajador y cerca de 9.100 dólares por familia. Parte del alza de estos costes se ha trasladado a los trabajadores a través de copagos cada vez más altos. Dos tercios de las grandes empresas han subido el seguro que corre a cuenta de los empleados en 2003 y el 79% de las compañías volverá a subirlo en 2004. La media de lo que aporta una familia a su seguro son 2.790 dólares anuales cuando en 2000 era 1.890 dólares. Según Hewitt Associates, el 96% de los consejeros y directores financieros está 'significativamente preocupados' por el aumento de primas.