Un valor seguro para Zapatero
El comisario europeo Pedro Solbes ha aceptado el ofrecimiento de José Luis Rodríguez Zapatero para ser el próximo ministro de Economía y Hacienda en el Gobierno socialista. Para ello pidió, y ha logrado, hacerlo desde una vicepresidencia, en la que tendrá potestad para coordinar todos los ministerios económicos. Solbes se asegura con ello una cuota de poder considerable, ya que sólo tendrá que rendir cuentas ante el propio Rodríguez Zapatero. Ello le permitirá coordinar las políticas de departamentos clave como los de Industria, Trabajo o Vivienda, al tiempo que supervisa la necesaria salud de las cuentas públicas.
Ministro de Economía en la anterior etapa socialista (entre 1993 y 1996), muchos consideran que fue él quien puso los cimientos que permitieron la prosperidad económica de la era del Partido Popular. Solbes fue el titular de Economía en el periodo democrático que más énfasis puso en la ortodoxia macroeconómica y el rigor presupuestario, en el afán por cumplir los criterios de Maastricht para la adopción del euro. Una posición que ha mantenido con firmeza desde su puesto de comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, plantando cara con determinación a las veleidades fiscales de gigantes como Alemania y Francia.
Solbes no tiene carné del PSOE, pero goza del respeto generalizado dentro y fuera del partido. Y su fichaje como máximo responsable económico del nuevo Ejecutivo será recibido sin duda con parabienes en los mercados financieros y en la comunidad económica y empresarial.
Como secretario de Estado de Relaciones con la Comunidad Europea en los años en que se negoció la adhesión española y comisario en Bruselas desde 1999, Solbes ha desarrollado una enorme capacidad para buscar puntos de consenso y sellar pactos. Ortodoxia y mano izquierda. Dos cualidades que serán críticas para materializar las promesas electorales del PSOE, garantizar el crecimiento económico y, al mismo tiempo, mantener el rigor presupuestario.