La inteligencia es emocional
Cuando las personas no están bien en su interior y en su realización es cuando surgen con más facilidad conflictos y problemas típicos de las empresas en procesos de modernización'. Así lo explica la responsable de recursos humanos de Frigoríficos Delfín, una empresa madrileña de ultracongelados con unos 250 empleados. Covadonga Valdueza confirma la tendencia de pequeñas y grandes empresas en la formación de sus trabajadores en cursos de inteligencia emocional, obtención de objetivos o motivación y fidelización de los empleados. Una inversión en rentabilidad.
Repsol YPF, Gas Natural, Carrefour, Altair o Azucarera son algunas de las grandes compañías que han reconocido el beneficio empresarial que pueden obtener de trabajadores motivados e integrados en el espíritu de la organización. Los centros de formación preparan paquetes específicos para ellas. æpermil;ste es el caso de Telefónica y el madrileño centro Escuela de Inteligencia (EI), que han iniciado un programa piloto para formar en inteligencia emocional a los trabajadores implicados en el expediente de regulación de empleo. Desde Barcelona, el centro de alto rendimiento para directivos cuida de la motivación en empresas como MRW o San Miguel.
David Martínez Íñigo, doctor en Psicología Social y miembro del equipo Inpsitro de la Universidad Rey Juan Carlos, asegura que el auge del sector servicios ha contribuido a que las empresas 'necesiten a personas que sepan gestionar sus emociones y las de otros'.
'Las empresas buscan personas que sepan gestionar sus emociones y las de los clientes'
Los departamentos de recursos humanos de empresas como Samsung, Renault o Gas Natural se han dado cuenta de la necesidad de 'idear fórmulas para implicar y comprometer a los empleados con la organización', explica Martínez Íñigo, que ha realizado un estudio sobre la importancia de las emociones en la gestión de empresas. 'Lo paradójico es que se pide más implicación a medida que los puestos de trabajo son más precarios', matiza el psicólogo.
Este movimiento está inspirado en las teorías del norteamericano Daniel Goleman, publicadas en Inteligencia emocional (1995), del que vendió más de cinco millones de ejemplares, y en el posterior Cómo trabajar con Inteligencia emocional (1998). En España esta corriente comenzó a conocerse hace unos cinco años. Los expertos definen la inteligencia emocional como la adecuada utilización de las emociones para guiar la conducta a objetivos deseados.
El llamado outdoor training (entrenamiento al aire libre) que ofrece la EI, dedicada desde hace 10 años a impartir cursos de habilidades sociales, es otra modalidad para la motivación e integración laboral. Este módulo lleva a los empleados de una empresa de acampada a la naturaleza, lejos del trabajo. Allí se valoran, como si de una gymcana se tratara, la capacidad de dirigir grupos, los valores compartidos con la compañía, la comunicación, la cohesión y las actitudes a través de juegos y pruebas.
El Informe Pigmalión, realizado por Técnicos de Empleo Globalmedia en 2002 en varias universidades y con la colaboración de grandes empresas, enseñaba, hace ya dos años, una cara más de las necesidades del sector empresarial. El mercado laboral busca cada vez más 'no un título, sino personas con ganas de innovar y de integrarse, con compromiso, motivación, entusiasmo, capacidad de trabajar en equipo y con habilidades comunicativas', aseguraba uno de los miembros del equipo del estudio.
La aceptación crece, incluso, en el ámbito académico. A partir de octubre, comenzarán en la Universidad Camilo José Cela un curso de especialista y un máster de inteligencia emocional, en el que colabora la Escuela de Inteligencia.
Prescinda de
Tocarse las manos o el pelo, o meterlas en los bolsillos, denota inseguridad y confusión. Olvide los manierismos.Quedarse en vaguedades. Huya de un estilo poco personal o retórico.Hablar rápido ni demasiado lento. Pronuncie las palabras con claridad.Alargarse excesivamente. No debe dejar que el tiempo pase, debe estructurarlo.
Convencer hablando
A Soledad le traicionaba la timidez y Juan Pablo se andaba por las ramas al intentar promocionar un MBA. Los dos rondan los 33 años y sus trabajos les exigen una habilidad comunicativa de la que carecían, también en su vida social.Después de tres semanas de curso sobre hablar en público en la EI de Madrid admiten conocer las reglas de oro del buen orador. La primera: la confianza en uno mismo. El Colegio de Abogados de Valencia, Caja Rural o la empresa de calzado valenciana Pikolinos han sido algunos de los que han querido hacer a su plantilla más competente en el arte de hablar y convencer a un público.'Una de las asignaturas pendientes del ejecutivo es la inseguridad', afirma Amado Martínez, de la madrileña Growman Group. Abandonar los tics, superar el miedo escénico, dramatizar e intensificar partes de un discurso y aprender a estructurarlo son parte de unos cursos que pueden ir desde las tres semanas en la EI a la intensidad de dos días de Growman Group. Los precios van desde los 500 euros en el primer centro a los 752 euros del segundo. El Centro de Alto Rendimiento Directivo, con sede en Cataluña, ofrece precios más económicos. Los grupos de trabajo son reducidos, no más de seis personas.
Es imprescindible
Llevar la chaqueta abrochada si está de pie y desabrochada si está sentado. Debe parecer cómodo en todo momento.Preparar notas para la presentación y tener a mano discursos alternativos.Dirigirse a la audiencia con entusiasmo. Es importante transmitir una actitud positiva.Mirar a la audiencia a los ojos. Sea directo para captar la atención y comunicar con efectividad.