Kerry, de candidato demócrata a la carrera por la presidencia
John Kerry comenzó el martes su carrera a la Casa Blanca. Aunque la convención demócrata que proclame al candidato se celebra en julio, la rotunda victoria en nueve de los 10 estados que votaban en el llamado supermartes, le coloca de facto en la carrera presidencial. Kerry ya ha ganado 27 de 30 estados en estas primarias. John Edwards, el único oponente real que quedaba entre los 10 demócratas que han llegado a disputar esta candidatura, tenía previsto abandonar la campaña ayer por la tarde. Al Sharpton y Dennis Kucinich, se mantienen en la perdida batalla.
Veterano de Vietnam y con una larga carrera en el Senado y en la comisión de política internacional, Kerry, de 60 años, se ha convertido por sorpresa en el líder demócrata con un programa en el que aboga por acabar con los recortes fiscales promovidos por Bush para aquellos con ingresos de más de 200.000 dólares al año. A éstos tiene previsto subirles su contribución fiscal. Además, el candidato, se ha comprometido a revisar los tratados comerciales, lo que ha sido clave en Ohio, un estado industrial en el que crece el paro y que nunca ha perdido un candidato que llegara a la presidencia.
Kerry tiene previsto acelerar la campaña frente al presidente Bush, cuyos asesores han dado ya la luz verde para que el jueves se emitan los primeros anuncios electorales. El presidente tiene 120 millones de dólares para poner en marcha la campaña y empezar a luchar por los puntos de ventaja que el efecto de las primarias y los últimos errores presidenciales han concedido a los demócratas.
Kerry, que no quiere perder esta ventaja, baraja ya nombres para cerrar su candidatura con un vicepresidente y trabaja para sumar fondos para la campaña presidencial que desde el martes centra todo su discurso en Bush. 'Esta administración ha llevado adelante la más inepta, arrogante e ideológica política exterior en la historia moderna de nuestro país, y vamos a cambiarlo'.
Los demócratas tienen, de momento, 15 millones de dólares para apoyar al candidato, aunque también contarán con lo que aporten las cada vez más fuertes organizaciones anti-Bush.