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Tribuna
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Ganadores y perdedores de la ampliación

La adhesión a la UE constituirá una importante influencia para los mercados de los países que se integrarán a ésta en mayo. La autora subraya, sin embargo, que en algunos de estos Estados se observa cierta resistencia a avanzar en las reformas estructurales

La Unión Europea (UE) está a punto de admitir 10 nuevos Estados, que aumentarán un 20% su población y aproximadamente un 5% su PIB. Nunca en su historia la UE ha aceptado tantas incorporaciones al tiempo. Entre los países que se incorporarán en mayo, los tres en los que nos centramos más con fines de inversión son Polonia, Hungría y la República Checa. ¿Cuáles son las ventajas de la incorporación a la UE para estos países?, ¿existen posibles dificultades?

En términos generales, la adhesión a la UE debería constituir una importante influencia positiva para estos mercados. El reto principal será la adhesión a los criterios de convergencia en el camino hacia la unión económica y monetaria (UEM), que es probable a finales de la década. Un principal beneficio del aumento de compromiso con los criterios de convergencia de la UEM debería ser el descenso de los tipos de interés a largo plazo en los próximos años. Sin embargo, será imprescindible que estas economías no sólo alcancen los criterios nominales de la UEM, sino que también avancen en las reformas estructurales, área en la que hemos observado cierta resistencia (especialmente en Polonia, donde los gastos sociales siguen siendo los más elevados de Europa).

Las empresas de Polonia, República Checa o Hungría ya están expuestas a las presiones de la competencia, como las que van a encontrar en la UE

También es probable que Hungría, Polonia y la República Checa se beneficien de una financiación de cohesión dirigida a tratar los problemas sociales y económicos estructurales para reducir la desigualdad regional. Esperamos que esto se canalice en infraestructuras, que ayudarán a impulsar la inversión y el crecimiento, como hemos visto en otros países después de que se incorporasen a la UE (más recientemente España, Portugal, Irlanda y Grecia). Es probable que el impacto de la entrada en la UE sobre los mercados de capital de estos países sea inicialmente limitada. Sin embargo, a largo plazo esperamos observar una mayor dependencia de la financiación a través de la deuda empresarial y la emisión de renta variable a medida que estas economías se desarrollan.

Por otra parte, está la cuestión del posible aumento de las presiones competitivas sobre estas economías ya que se incorporan a un mercado único con sus más desarrollados homólogos de Europa occidental. ¿Cómo le irá a las empresas e industrias de Polonia, Hungría y la República Checa en este nuevo entorno?

Por lo general, las empresas de estos países ya han estado expuestas a la mayor parte de presiones competitivas a las que puede que se enfrenten como miembros de la UE. Este es especialmente el caso de sectores de Europa central por los que tenemos predilección, como las finanzas y las telecomunicaciones, en los que hemos identificado oportunidades de inversión atractivas.

Los bancos internacionales, por ejemplo, han estado presentes en Polonia, Hungría y la República Checa durante un tiempo y los correspondientes bancos nacionales han conservado sus posiciones de mercado en muchos casos, con frecuencia debido a sus amplias redes de sucursales. Creemos que estas empresas consolidadas seguirán estando en la mejor posición para aprovechar los mercados crediticios internos, tanto empresariales como de consumo.

Respecto al futuro, somos especialmente positivos sobre las perspectivas del sector financiero polaco, ya que esperamos que la recuperación económica nacional comience a filtrarse en el sistema bancario. El crédito empresarial debería comenzar a aumentar de forma considerable en 2004 y los créditos al consumo incluso podrían experimentar una especie de boom como el observado en Hungría los últimos años, especialmente en los préstamos hipotecarios. Los bancos polacos también han alcanzado el punto máximo del ciclo de créditos morosos y las previsiones deberían tender a la baja.

En la industria de las telecomunicaciones, la liberalización ha sido continua durante los últimos años, lo que significa que las empresas polacas, húngaras y checas están preparadas para enfrentarse a la posible competencia de los rivales de la UE. Las empresas de telecomunicaciones de línea fija, como Matav en Hungría y TPSA en Polonia, ya son propiedad de inversores estratégicos extranjeros (Deutsche Telekom y France Télécom, respectivamente), por lo que esperamos pocos cambios significativos en estas empresas.

Ejemplos de industrias de Europa central en las que están surgiendo amenazas competitivas de empresas de la UE son los medios de comunicación y la publicidad. En Polonia, Agora, empresa de medios de comunicación, se enfrenta a la competencia de multinacionales de mayor tamaño, especialmente la alemana Axel Springer, dedicada a los medios impresos, que ha lanzado un diario sensacionalista en Polonia.

En general confiamos en las previsiones para los mercados emergentes de Europa central, especialmente para Polonia y Hungría. Prevemos una rentabilidad entre el 15% y el 20% en Hungría y Polonia para 2004. Cerca de la mitad de estos rendimientos puede ser consecuencia de la revalorización de la moneda, especialmente en Polonia, donde observamos un potencial de revalorización del zloty hasta de un 15%.

A más largo plazo, esperamos que en los próximos 10 años Polonia, Hungría y la República Checa continúen con el proceso de ponerse al día con Europa occidental, en parte con la ayuda de pertenecer a la UE. Prevemos niveles más elevados de crecimiento del PIB y una aceleración de la productividad. El crecimiento gradual de los salarios reales debería impulsar el consumo interno a medida que los salarios se acerquen a los niveles de Europa occidental. La inversión en infraestructura también debería impulsar el crecimiento. Por otra parte, es probable que los beneficios empresariales experimenten una mayor tasa de crecimiento, prestando apoyo a una previsión positiva a largo plazo para estos mercados.

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