Y dijo Greenspan
Tipos y paciencia aparte, el presidente de la Reserva Federal ha lanzado varios mensajes en sus comparecencias ante el Congreso la semana pasada. Uno de ellos toca la fibra más sensible, el paro. Dice Greenspan que cree que se volverá a crear empleo y que poner puertas al campo, que es el libre comercio, no es la salida.
Pero los americanos no están para largos plazos en estas cuestiones y ven cómo sus empresas crean empleo en países de mano de obra barata y creciente nivel educativo, como India o China. Por eso, los candidatos demócratas se han desmarcado de su inspirador, Bill Clinton, y anuncian revisiones en los tratados comerciales. Libre comercio sí, pero justo.
Los demócratas, que trabajan en leyes para atajar o vigilar el traslado laboral de corporaciones de EE UU, han recibido la última semana el revulsivo político que da alas a su mensaje. El economista jefe de George Bush, Gregory Mankiw, afirmaba que la subcontratación en el extranjero es una nueva forma de comercio. 'Más cosas son ahora materia de comercio que en el pasado y es bueno'. Pero no es un buen mensaje electoral.
Así las cosas, Bush tuvo que dar la vuelta al argumento para evitar más caídas en las encuestas y sin llevar la contraria a Mankiw dijo que entendía que hay quienes están en paro porque su trabajo se ha trasladado. 'Y necesitamos actuar'. Esto pasa por una receta de Greenspan. La educación.
Según el presidente de la Reserva, el problema no es el comercio sino que en los últimos 20 años los trabajadores más educados y preparados han visto subir sus salarios mientras que los peor preparados, no. La solución es más educación para éstos para que haya más competencia y se reduzcan así sus retribuciones a la vez que se valore más el trabajo de los menos instruidos. Para Greenspan, que ha criticado el nivel de la educación media, esto reducirá las diferencias.
Bush quiere dedicar 250 millones de dólares para preparar a los trabajadores. No es la partida más generosa de sus cuentas, pero sí una de la más publicitada por insuficiente que parezca.
Greenspan hablaba de nuevo de paciencia. Las ventajas salariales de China e India desaparecerán según se incremente la demanda de trabajos en estas tierras. Pero los políticos, preocupados por el corto plazo y las elecciones, para esto no tienen paciencia.