La OPEP cierra el grifo
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) anunció ayer un inesperado y fuerte recorte de producción. El cartel sacará del mercado 2,5 millones de barriles diarios, el 10% del total, dejando su producción en 23,5 millones de barriles. Esta medida -la segunda reducción en menos de cinco meses- entrará en vigor a partir del 1 de abril y pretende defender el precio del crudo ante la previsible caída estacional de demanda que se da en primavera. Sin embargo, aunque no todos, algunos de los ministros de petróleo han sido más claros al reconocer que un dólar más débil, sobre todo frente al euro, exige precios más altos para no perder ingresos reales. Por tanto, se podría superar la banda de 22 a 28 dólares por barril que se ha marcado el cartel.
La decisión de la OPEP ha sorprendido a los mercados por su magnitud y el precio del brent respondió al alza hasta alcanzar los 30 dólares. Pero a la vez el cartel ha dado de nuevo muestras de su ineficacia. El recorte real es de un millón de barriles. Los 1,5 millones restantes tratan únicamente de compensar la sobreproducción de los socios, que superan sistemáticamente las cuotas que pactan. Esto, y que los ministros hayan acordado volver a reunirse el 31 de marzo, un día antes de la entrada en vigor del nuevo recorte, hacen que la decisión tomada ayer pueda transformarse en nada en papel mojado.
Pero la dinámica de los mercados exige no restar importancia a la medida OPEP, cuyos socios producen un tercio del crudo mundial. Cierto es que la capacidad de los nuevos productores externos al cartel, con Rusia a la cabeza, le ha restado fuerza. Sin embargo, una decisión equivocada de la organización puede volver a convertir el precio del petróleo en un serio factor de riesgo, mayor cuando la economía internacional se empieza a recuperar.