Fuerte mejora del optimismo de las empresas
Los empresarios empiezan el año con optimismo, según refleja claramente el Barómetro de clima empresarial elaborado por Demoscopia para Cinco Días y patrocinado por la Oficina de Apoyo para la Sociedad de la Información. El grado de optimismo de los empresarios es ahora superior al de hace tres meses, a pesar de que reconocen que la fortaleza del euro puede provocar daños a la economía española y europea. La mayoría coincide con la afirmación de que la barrera peligrosa en el precio del euro es 1,35 dólares, aunque también es mayoritaria la opinión de que el tipo de cambio descenderá en los próximos meses.
El porcentaje de empresarios que prevé aumentos en su inversión, su beneficio y su competitividad es apreciablemente superior al de la encuesta publicada en noviembre. La generación de empleo, que también mejora, se mantiene como la principal duda de las sociedades consultadas. Y baja la expectativa de exportaciones, presionada por el vigor de la divisa comunitaria.
Los empresarios condicionan la buena marcha de la actividad económica a la permanencia del PP en el Gobierno (la mitad de los encuestados augura perjuicios para los negocios si hay un cambio de Gobierno). No obstante, estiman que las condiciones para el desarrollo de la actividad empresarial es mejorable y consideran esenciales una serie de reformas tras las elecciones de marzo.
En primer lugar desean nuevas bajadas de impuestos (sociedades, cotizaciones a la Seguridad Social y plusvalías, por este orden); las prioridades siguen por un incremento de los incentivos y subvenciones a la explotación, una mayor liberalización del mercado de trabajo (sólo lo piden uno de cada cinco consultados) y un mayor esfuerzo inversor en I+D.
Dos de cada tres advierten de que el plan soberanista del lendakari Ibarretxe para el País Vasco supone un claro riesgo para la inversión en esta región, y cuatro de cada diez estiman que podría desanimar la inversión extranjera en España. Es más equilibrada la opinión sobre los riesgos para la eficiencia y equidad fiscal que generaría una segregación de la Agencia Tributaria por regiones. Acerca de su preparación profesional, los empresarios creen que es igual que la de sus colegas europeos, aunque los más jóvenes son más autocríticos.