La televisiones autonómicas, al filo de la quiebra
Las ocho televisiones autonómicas sobreviven inmersas en una grave crisis financiera. Cada año, las arcas públicas destinan entre 450 y 600 millones de euros a la financiación de las cadenas.
Pero estas cantidades no son suficientes. La mayoría de las televisiones tienen un fuerte desequilibrio patrimonial y para sacar a tres cadenas de la quiebra (Telemadrid, Radiotelevisión Valenciana y Televisión de Galicia), los Gobiernos autónomos tendrían que aportar 372 millones más este año, según un informe que maneja el sector.
En total, las ocho televisiones autonómicas se llevaron vía financiación pública 854 millones en el último ejercicio. Por habitante, supone un gasto de 28 euros de media, y de 83 euros por cada hogar.
La situación de las autonómicas es crítica y se va agravando cada año. Durante 2002, último ejercicio del que se disponen datos, los accionistas de las cadenas se vieron obligados a aportar 493 millones de euros (con cargo a los presupuestos de las respectivas comunidades autónomas) con el objeto de financiar la actividad de las ocho televisiones. En 2001, esa financiación fue de 598 millones.
Las pérdidas totales de estas cadenas alcanzaron 593 millones de euros, y las pérdidas acumuladas desde 2000 superan ya 1.400 millones, más del doble de la inversión en vivienda realizada en 2001 por los organismos dependientes de las comunidades autónomas.
Fondos propios negativos
Ninguna de las cadenas autonómicas puede presumir de un balance robusto, pero el caso más sangrante es sin ninguna duda el de la televisión madrileña.
El ente gestionado por el Gobierno de Esperanza Aguirre (PP) tuvo en 2002 unos fondos propios negativos de 26 millones de euros, frente a un capital social de 11,5 millones. En total, la subvención que recibió en un solo año Telemadrid fue de 62 millones de euros.
Sin embargo, para cumplir con la ley de sociedades anónimas y no entrar en un supuesto de insolvencia, el Gobierno de la comunidad de Madrid deberá inyectar otros 34 millones adicionales en este ejercicio.
Lejos de corregirse, la situación empeora cada ejercicio. La deuda sigue siendo otro caballo de batalla para estas cadenas. En el último ejercicio, la deuda con terceros se incrementó en 11 millones de euros.
Desde el año 2000, el endeudamiento de los ocho entes autonómicos ha ido creciendo progresivamente. De los 499 millones de euros de deuda con que contaban hace cuatro años, se pasó a 616 millones en 2001 y a 628 millones en el último ejercicio.
Aunque la deuda bancaria ha sido contenida (se redujo un 9% en 2002), no ha tenido ningún efecto sobre la situación financiera de las autonómicas, ya que paralelamente ha aumentado la deuda comercial (5%).
Comparado con el caso de RTVE, el de las cadenas autonómicas es aún más costoso para el contribuyente. Los resultados de explotación de estas ocho televisiones dieron un saldo negativo de 582 millones de euros, casi el doble del resultado de explotación de la cadena estatal, que fue de -350 millones de euros en el último ejercicio.
Hacia dónde avanzan las cadenas públicas
TV políticasEl problema de las televisiones públicas no tiene fácil solución. Ningún Gobierno se atreve a instaurar medidas de contención de costes, ya que las autonómicas se han convertido en un inmejorable vehículo de propaganda política. El PP controla las televisiones de Madrid, Valencia y Galicia. El PSOE domina Canal Sur y TV de Castilla-La Mancha; CiU controló TV3 hasta hace poco; Euskal Telebista es controlada por el PNV, y TV Canaria, por CC.Las nuevasCuatro nuevas televisiones autonómicas estarán listas en unos meses. Se trata de las televisiones de Murcia, Extremadura, Baleares y Asturias. Esos cuatro Gobiernos autónomos han declarado que sus televisiones estarán diseñadas con el mismo patrón que las ya existentes.LegislaciónLa única tentativa de regular el sector audiovisual vino de la mano del ex ministro de Ciencia y Tecnología Josep Piqué el año pasado. Piqué redactó una ley que abría la posibilidad de privatizar y gestionar privadamente las televisiones autonómicas. Pero esa norma no vio finalmente la luz por la negativa de Hacienda y el sector sigue sin regular, a pesar de las quejas de las TV privadas.