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Crónica de Manhattan

Críticas a Greenspan

Howard Dean trata de encarrilar su campaña para convertirse en el candidato demócrata en noviembre. Pero ha pasado su hora de favorito. Tras quedar tercero en Iowa y protagonizar allí un histriónico discurso, una presentación más calmada de su imagen y unas palabras cuidadas no parece que sirvan para recuperarse en las encuestas. Sin embargo, sigue siendo Dean, y el viernes habló del banquero central, Alan Greenspan, para decir que debía ser reemplazado.

'Creo que Alan Greenspan se ha politizado mucho', dijo. 'Si no tiene el coraje político de criticar los déficits, si ha sido lo suficientemente insensato, y él no es un hombre insensato, para apoyar los aberrantes recortes fiscales de George Bush, entonces se ha politizado mucho y necesitamos un nuevo presidente de la Reserva Federal'. Según Dean, la Reserva ha hecho un 'magnífico trabajo' pero su independencia es 'absolutamente crítica'.

El candidato ya no tiene el peso de hace 15 días y su enardecida arenga sigue repitiéndose en las cadenas de televisión. Pero sus críticas a Greenspan se ven reforzadas por el libro de Ron Suskind sobre los años de Paul O´Neill al frente del Tesoro. 'El precio de la lealtad' se colocó entre los best seller incluso antes de publicarse (por los pedidos en Internet) y permanece en el puesto de honor.

Solo la contraportada del libro ofrece pistas no desmentidas. ' 'Reagan probó que los déficits no importan', dijo Cheney. O´Neill movió la cabeza, pensando con dificultad que Cheney, a quien él y Greenspan conocían desde que era un niño, pudiera decir algo así'.

En el libro, O´Neill cita la decepción de Greenspan sobre los recortes fiscales de 2001 porque no incluían mecanismos de seguridad que evitaran que se evaporara el superavit. 'Es fiscalmente irresponsable', dijo, según O´Neill.

Finalmente Greenspan apoyó la bajada de impuestos no sin reservas y la advertencia de que era preciso recortar también los gastos no se produjo. Aquello permitió que el plan de Bush ganara crédito. Greenspan dice ahora que no recuerda haber dicho la palabra 'irresponsable' para aludir al plan fiscal de Bush.

Un repaso a las comparecencias de Greenspan ante el Congreso trae a la memoria las advertencias más beligerantes sobre los temores a los déficits. Y poco antes de la aprobación de los segundos recortes fiscales, la posición del jefe de la política monetaria molestó hasta tal punto a la Casa Blanca que se llegó a una crisis zanjada sólo cuando Bush confirmó al septuagenario Greenspan para cuando su mandato acabe en junio.

Greenspan, que en menos de medio año se ha defendido dos veces de los que le critican por no intervenir a finales de los noventa para acabar con la burbuja bursátil, ha relajado las críticas a la política fiscal y recientemente ha dicho que el déficit por cuenta corriente no es tan grave porque los inversores siguen confiando en EE UU. Dijo también que tenía esperanzas de que 'se produzcan incrementos en el empleo', pero no avanzó más. Además hay quienes recuerdan cómo Greenspan ha enfatizado los demonios del proteccionismo comercial, una materia que cada vez apoya más una parte del partido demócrata, una vez que Bush levantara las polémicas tarifas al acero.

Dean y O´Neill no son precisamente las personas mas poderosas de Washington, pero siguen teniendo muchos votos y cada vez más lectores.

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