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CincoSentidos

Ni coches ni relojes

No son el hogar de Robinson Crusoe, pero casi. Tres islas grandes -es un decir- y más de 60 islotes y cayos desiertos. La gente que se pierde por aquí vive, como los propios paisanos, en una especie de burbuja. No hay periódicos. Coches y carretera, sólo en las dos islas mayores. Relojes hay, pero sirven de poco.

Este archipiélago, disputado en tiempos de la colonia por las coronas española y británica, es una rareza en la región, y la lengua materna de muchos pescadores es el inglés. También lo es de la mayoría de los intrusos, americanos de corte alternativo y aventureros de variado pasaporte, para quienes una cerveza helada bajo un cocotero tiene mayor entidad que la Guerra del Golfo.

Roatán -parece nombre de profeta o de pirata- es como se llama la mayor de estas islas, una especie de serpiente verde de 80 kilómetros. Es la más desarrollada y la que cuenta con más infraestructuras. En este archipiélago lo único que se cultiva es turistas, y también hay algo de pesca. Todo hay que importarlo del continente. Entre habitantes fijos y náufragos de la vida, nunca pasan de las treinta mil almas. Repartidas en tres o cuatro poblaciones con atributos de tales, pocos resorts, y numerosas y confortables cabañas de madera, concentradas sobre todo en la punta occidental de la isla.

Coxen Hole es la mayor de esas poblaciones, aunque no la más apasionante para el turista. Allí hay bancos, agencias, tiendas, escolares derramados por la calle en busca de un helado, algo que podría confundirse con cierto pálpito urbano; el puerto al que arriban los ferrys desde La Ceiba y un aeropuerto de bolsillo tienen en parte la culpa. Relativamente cerca se encuentra French Harbour, que es la segunda comunidad más importante y resulta más pintoresca; allí se aloja el grueso de la flotilla pesquera, en una ensenada recogida, no exenta de colorido. Jonesville y Oak Ridge son otros dos poblados próximos, a sotavento de la isla.

A barlovento, enfrente de ellos, está Punta Gorda, la comunidad garífuna más próspera de todo el país. Los garífunas son descendientes de los esclavos negros deportados aquí por los ingleses desde San Vicente (en las Antillas) en 1783. Estos garífunas de Punta Gorda conservan su lengua y tradiciones, van bien vestidos, tienen buenas casas, escuela y hospital, y cada 12 de abril celebran un archifamoso carnaval para conmemorar precisamente aquella deportación. Pero el mayor polo turístico de Roatán se encuentra a poniente, en West End y West Bay. Allí están las mejores playas y hoteles, los mejores reclamos -un museo local muy digno, jardín botánico, reserva de aves, delfinario, etc.- y la posibilidad de todo tipo de actividades náuticas, incluyendo el submarinismo en unos fondos de película.

También en la isla de Utila, que está enfrente, más a poniente, se puede bucear y conseguir a buen precio un diploma de buzo. Utila es la más pequeña de las tres islas grandes, pero la belleza y riqueza de sus arrecifes coralinos atraen a buceadores de todo el mundo. Tiene pocas playas, pero es buen lugar para avistar a los tiburones ballena. Guanaja es la otra isla grande, a oriente de Roatán. Colón se topó con ella en su último viaje (1502) y la llamó Isla de los Pinos.

Sigue habiendo pinos caribeños, y hermosas playas de arena lechosa, acariciadas por un agua cristalina. Guanaja es diferente a todo. No existen calzadas ni coches, hay que desplazarse siempre en bote o a pie; un canal artificial que la parte en dos facilita las cosas a los pocos aventureros que llegan a estas soledades.

Guía para el viajero

Cómo ir Pequeños aviones de hélice unen el aeropuerto de La Ceiba (en la costa caribeña de Honduras) con el Aeropuerto Internacional de Roatán; recientemente se ha abierto otro aeropuerto en Utila. Resulta más romántico - y barato - llegar con el trasbordador M.V.Galaxy, que sale diariamente de La Ceiba y atraca en Coxen Hole. Desde España, Iberia (902 400500) tiene un vuelo diario desde Madrid a San Pedro de Sula, vía Miami; desde San Pedro de Sula se puede acceder a La Ceiba en avión o en autobús (algo menos de dos horas).Alojamiento En Roatán, cerca de French Harbour, el Fantasy Island Beach Resort (tel. 504 455 5222, e-mail: fantasyislandresort@bonnebeach.com) es uno de los complejos más atractivos, con habitaciones en cabañas de madera a lo largo de playas de arena blanca, unos 120 dólares por persona en habitación doble y pensión completa. En Sandy Bay, Anthony's Key ( tel. 504 445 1003, e-mail:akr@gate.net) es otro resort de prestigio, con cabañas-palafito plantadas sobre el agua y un complejo que incluye un Instituto de Ciencias Marinas, posibilidad de nadar con delfines, museo, excursiones a caballo, submarinismo, etc.; 155 dólares por persona en pensión completa. En West End se encuentran numerosos hotelitos a pie de playa que cuestan entre 30 y 100 dólares por persona.Comer En West Bay, Chez Pascal (504 440 3129) es un restaurante de cocina francesa y creativa bien conocido por los sibaritas, con buena bodega y a veces música en vivo, por las noches pone a disposición de los clientes un autobús gratuito. En French Harbour: Romeo's (504 455 5518) está especializado en mariscos y pasta, tiene también algunas habitaciones; y Gio's (504 455 5214), en la calle principal, uno de los establecimientos más prestigiosos de las islas, especializado en marisco.

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