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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El Ibex desbanca a la vivienda

CINCO DÍAS

Tras cuatro años de liderazgo indiscutible, la vivienda ha dejado de ser la inversión más rentable. El primer puesto del pódium lo ocupan ahora las empresas del Ibex, que lograron en el tercer trimestre una rentabilidad media interanual del 23,4% (frente al 15,7% del ladrillo). Un giro que, sin ser copernicano, dice mucho sobre la recuperación de las Bolsas tras tres años de auténtica debacle y, esperemos, apunta a una incipiente desaceleración del mercado inmobiliario.

Expertos de todo signo coinciden en que la vivienda seguirá dando buenos réditos como inversión a medio plazo. De hecho, las acciones de las empresas constructoras siguen siendo las más recomendadas por los expertos bursátiles para el ejercicio que comienza ahora. Pero ello se debe entre otras cosas a que las fuertes inversiones previstas por el plan nacional de infraestructuras hasta el año 2007 ayudarán a compensar la menor pujanza del mercado residencial. Ayer mismo se hizo público un nuevo informe del BBVA que anticipa un crecimiento de sólo el 0,7% para el sector de la construcción durante 2004. Un aumento de un dígito que palidece si se compara con el 3,4% de 2003 y mucho más si lo cotejamos con el 6,1% de 2000.

Los últimos datos del Ministerio de Fomento indican, además, una suave desaceleración en el encarecimiento de la vivienda libre: 15,66% interanual en el tercer trimestre de 2003, frente al 17,5% del segundo.

Las noticias que apuntan a un desinflamiento progresivo de la temida burbuja inmobiliaria son todavía tímidas, pero esperanzadoras. Sobre todo si tenemos en cuenta que la mitad de los créditos de bancos y cajas de ahorros están ligados al mercado hipotecario y que el elevado precio de la vivienda está impulsando sensiblemente el endeudamiento de las familias. Pero harán falta algo más que informes prospectivos sobre la evolución del mercado y recortes de algunas décimas en la subida de los precios para dar por roto el maleficio.

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