Las tecnológicas vuelven a alcanzar precios próximos a los de la burbuja
El año nuevo amanece con las mismas inquietudes que antaño. Seísmos en los mercados de divisas con el epicentro en el dólar; miedo al denominado factor geopolítico; expectativas políticas con elecciones en España, EE UU, entre otros países y dudas sobre la solidez del crecimiento económico. En términos bursátiles, el sumando queda reflejado en la valoración, si el mercado está caro o barato a los niveles actuales.
En las últimas semanas abundan los estudios sobre el PER medio de los mercados y las referencias históricas que han servido de guía a los principales gestores. Se observa, en todos los casos, aversión renovada a los valores tecnológicos y tranquilidad relativa con los títulos de peso. También, que las Bolsas de EE UU tienen un PER más alto que las europeas, en una constante que se ha repetido durante 2003.
Hace poco, los expertos de New York Times destacaban cosas curiosas, por ejemplo que los 369 valores que pagan dividendo del índice S&P500 han subido de media un 27% en 2003 mientras que la media de subida de los que no pagan fue del 50%.
En el influyente The Wall Street Journal se han leído comentarios de interés en este sentido. Cuando el Dow Jones superó hace poco los 10.000 puntos, a los expertos de este periódico no les tembló el pulso al denunciar que los 100 valores más grandes del Nasdaq Composite arrojaban un PER de 66 veces con beneficios de los últimos doces meses y de 37 veces aplicando los beneficios esperados para los próximos doce.
En plena burbuja, las valoraciones fueron más altas, con multitud de compañías con PER por encima de las 100 veces. Hay en la coyuntura actual, por tanto, precaución creciente sobre las valoraciones de los valores tecnológicos y más confianza en los denominados blue chips. En todos los casos, los expertos advierten de la necesidad de seleccionar los valores y de huir de fenómenos en los que sólo manda la moda. El año nuevo amanece sin sorpresas.
Los bonos no serán lo mismo
Llueven los pronósticos y futuribles de lo que podría ser 2004. Hasta ahora, el consenso apuesta por una moderación de la escalada última de la Bolsa y mucho frío en la renta fija y los inmuebles. Respecto a los bonos, Stephen Dulake, estratega jefe de crédito de JP Morgan, considera que 2004 será un año diferente para los inversores. En su opinión, con una rentabilidad estimada del 5%, los que compren estos activos no verán tan compensado el riesgo que asumen como en 2003. Entre los motivos para este pronóstico, Dulake destaca una mejora de la economía global, con crecimientos de entre el 3% y el 4% para todos los trimestres de 2004 en EE UU; una subida moderada, de los índices bursátiles y, finalmente, la mejora estimada en la calidad del riesgo crediticio de las empresas que volverá a producirse en 2004 y que está incluida actualmente en el precio. La Fed, asimismo jugará una baza fundamental con su política de tipos.