El peso del desplome del dólar recae sobre los hombros de Europa
La pérdida de vigor del dólar estadounidense en los últimos meses, provocada por las dudas sobre la financiación del crecimiento de la economía norteamericana, dado el creciente déficit por cuenta corriente y déficit fiscal, no se está repartiendo de forma equilibrada entre las monedas con las que mantienen intercambios comerciales. Es el euro el que soporta la mayoría de la apreciación, bien como consecuencia de que se convierte en un refugio alternativo del capital, bien porque otras divisas sostienen su valor con intervenciones de las autoridades monetarias nativas, caso de Japón.
En la primera semana de diciembre el dólar se colocó en precios desconocidos con el euro, con un descenso del mismo como consecuencia de la pérdida de confianza de los inversores por las tensiones geopolíticas, así como la presión añadida de nuevos registros máximos de desequilibrio comercial en Estados Unidos y endurecimiento del proteccionismo comercial, a juicio del Banco Central Europeo. Así, a lo largo de noviembre y los primeros días de diciembre el euro ganó un 4,1% sobre el dólar, y un 28% más que el cambio medio del año 2002.
Sin embargo, la apreciación efectiva de la divisa europea, tomando en consideración los movimientos de las divisas de las 12 áreas económicas con las que mayor volumen comercial intercambia, ha sido de un 14,7% respecto al cambio medio del año 2002, prácticamente la mitad que con el dólar estadounidense.
Esta apreciación descansa fundamentalmente en su fortalecimiento sobre dólar, libra esterlina y yen japonés. La evolución del precio del euro en yenes caminó paralela en las últimas semanas a la registrada con el dólar, ya que no reaccionó a los buenos datos económicos, y siempre con la duda del freno que pudo suponer el constante rumor, confirmado o no, de una intervención del Banco de Japón. Respecto al tipo de cambio medio de 2002, la apreciación del euro sobre el yen ha sido de un 11,2%.
Libra esterlina
En esta misma proporción se ha apreciado respecto a la libra esterlina, pese a que el Banco de Inglaterra elevó los tipos de interés directores. Sin embargo, la apreciación sobre la libra se concentra toda en las últimas semanas.
El resto de las monedas (coronas sueca, noruega y danesa y franco suizo) mantuvieron básicamente el tipo con la moneda única europea. Las monedas de Singapur y Hong Kong contribuyeron también a apreciar la moneda única europea.
Por lo que se refiere al tipo de cambio efectivo real del euro, basado en la evolución del índice de precios de consumo, el índice de precios industriales y los costes laborales unitarios, continuó reflejando en las últimas semanas de forma estrecha la misma trayectoria seguida por el índice nominal, según el Banco Central Europeo.
En el tercer trimestre de 2003, el tipo de cambio efectivo nominal del euro se situó próximo al nivel registrado en el primer trimestre de 1999, mientras que los indices disponibles de tipo de cambio efectivo real se situaron por encima de ese nivel.
Con estos niveles de cambio, la balanza por cuenta corriente desestacionalizada de la zona euro registró un superávit de 7.700 millones de euros en septiembre de 2003, y de 36.100 millones de euros en los 12 meses que terminaron en septiembre de 2003. El superávit arrojado un año antes era de 55.300 millones de euros.
Aumenta la demanda externa
La balanza por cuenta corriente registra superávit anual desde el inicio de 2002, fecha en la que euro y dólar tenían en mismo valor en el mercado. Desde entonces, la zona euro registra saldos positivos sólidos como consecuencia del peso de la demanda externa y pese a apreciarse su divisa.