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Petroleras

La Casa Blanca se distancia de Halliburton tras el escándalo de los cobros por petróleo

George Bush quiere que Halliburton, la empresa que fue presidida por su vicepresidente, Dick Cheney, devuelva los 61 millones de dólares de exceso con los que ha cargado la factura de los contratos de importación de petróleo a Irak pagada por EE UU. 'Si ha habido sobrecargos, como creemos que ha habido, esperamos que el dinero sea devuelto', dijo el presidente.

Halliburton, que consiguió éste y otro contrato sin participar en ningún concurso público y se ha convertido junto con Bechtel en el mayor contratista de este conflicto, ha dicho que este dinero no repercute en sus beneficios porque el sobreprecio de la gasolina lo impone una subcontratista kuwaití. Desde la empresa se asegura que sólo se les permitió hacer negocios con subcontratas por empresas designadas por el Gobierno a través de la empresa estatal de petróleos.

La compañía, ahora en el ojo del huracán, paga 1,17 dólares por galón comprado en Kuwait, el más fuerte de los aliados de EE UU en la zona, y 89 centavos por el comprado en Turquía.

Para la Casa Blanca, mandar este mensaje es importante cuando ya ha calado en la opinión pública la idea, avalada por vario estudios independientes, que son las empresas más vinculadas al partido republicano las que estaban sacando rendimiento de los contratos de reconstrucción en Irak con una adjudicación extraordinaria.

En el Congreso, los demócratas aceleran los pasos para que se organice una audiencia sobre Halliburton en enero. Algunos republicanos están considerando apoyar una investigación.

El escándalo sobre Halliburton, se produce mientras en el Pentágono se defiende la exclusión de países como Francia, Alemania, Canadá y China (opuestos a la guerra) de la concesión de los contratos en Irak por razones de seguridad y Bush, por evitar que los contribuyentes de EE UU paguen a los que no apoyaron la guerra en la ONU.

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